MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL EN EL SALVADOR


   
  MMM Santa Ana
  Cultura Israelita 1
 
 

COSTUMBRES Y TRADICIONES JUDÍAS

 

PARA TODA AQUELLA PERSONA INTERESADA EN LA CULTURA DEL “PUEBLO DE DIOS” (HABLAMOS DE ISRAEL), AQUÍ ENCONTRARÁ 16 VARIADOS TEMAS QUE ABARCAN LA VIDA, COSTUMBRES Y TRADICIONES DEL PUEBLO ISRAELÍta.

 

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Esta sección está dividida en dos partes, aquí encontraras los temas del 1 a 7. Los demás puedes encontarlos en el link del menú izquierdo "Cultura Israelita 2"

1.   Acopio de Agua en Palestina: Pozos, Manantiales, Fuentes y su colocación.

2.     Programa Diario de Actividades

3.     Agasajar un Huésped

4.     Alimentos y Modo de Prepararlos

5.     Cenas y Banquetes Especiales

6.     Costumbres a la Hora de las Comidas

7.     Costumbres Matrimoniales

8.     Cultivo y Cosecha del Grano

9.     Educación de la Juventud

10. Algunos Eventos Especiales de las Festividades Matrimoniales

11.  La Religión en el Hogar

12.  La posición de los Padres en el Hogar

13.  Música Vocal e Instrumental

14.  Nacimiento y Cuidado de los Niños

15.  Oficios y Profesiones

16.  Vestidos y Ornamentos

 

 

1. Acopio de Agua en Palestina: Pozos, Manantiales, Fuentes y su localización.

 

En Palestina, en muchos casos se ha estado dependiendo de pozos para el agua, y a través de los años. A menudo los pozos se encuentran localizados fuera de los muros de la ciudad, pero otras veces el pueblo tiene la fortuna de tenerlos dentro del pueblo. Los arqueólogos han descubierto al menos dos de las ciudades antiguas, además de Jerusalén, que traían el agua a la ciudad por medio de un túnel. La ciudad de Gezer tiene un túnel que llevaba el agua de dentro de la ciudad a un aljibe subterráneo.

 

Y los cananitas de Megiddo, antes de ir fuera de la ciudad por agua, hundían fuste de columna hacia abajo hasta el nivel del manantial y luego cavaban un túnel horizontalmente hasta encontrarla. Obteniendo agua para el uso del hogar. Ya hemos visto (Cap. que era obligación de las mujeres acarrear el agua necesaria para los usos de la familia. Esta la llevaban en jarras de barro, ya sobre sus hombros o sobre la cabeza. Si se necesitaban grandes cantidades de agua entonces los hombres la acarreaban en "botellas", hechas de cuero de oveja o de cabra. Pozos y fuentes de fama en la Escritura. Los primeros patriarcas cavaron pozos en distintos lugares de la tierra de Canaán. Al pueblo de Beerseba se le llamó así por el acontecimiento de un evento en tiempo de Isaac. Sus siervos cavaron un pozo allí. El nombre quiere decir: El Pozo del Juramento, conmemorando el convenio hecho entre Isaac y Abimelec, que se hizo pronto después de las dificultades por la posesión del poso de Gerar (Gén. 26).

 

El pozo de Jacob, en Sichar, se hizo famoso por el incidente de que Jesús habló con la Samaritana allí. Nada se deja junto a estos pozos que pueda usarse para sacar agua de su profundidad. Cada mujer que venía por agua traía con ella, además de la jarra en que llevaba el agua, una cubeta de cuero duro portable, con una soga para bajar la cubeta hasta el nivel del agua. La mujer samaritana había traído todo esto consigo, pero Jesús no disponía de tal equipo, fue allí que ella le dijera después que El le hubo pedido de beber: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo" (Juan 4:11). La respuesta a esta solicitud ella sacó agua del pozo y le dio a beber. Fue por cl agua de un pozo de Belem por la que David suspiraba en el desierto.

 

Para apreciar su deseo, uno tiene que experimentar lo que es tener sed en el desierto, y también conocer la frescura del agua de los pozos y cisternas de Belén. En las laderas de las lomas en derredor de Belén hay bancales con viñas, y la mayoría de ellas tiene una cisterna cavada en la roca y localizada en ellas, la cual colecta el agua de lluvia en los meses de invierno y la preserva en condiciones de una frescura deliciosa durante los meses de verano. Los hombres de Belén se jactan de la frescura de su agua. A un hombre una vez se le dio a beber, pero expresó tal deseo por el agua de la viña de su padre, diciendo que estaba tan fría que no había podido beberse todo un vaso sin despegarlo de los labios por lo menos tres veces.

 

Así David, estando en la cueva de Adullam localizada en el costado desierto y cansado de pelear dijo: "Quien me diera de beber del agua de la cisterna de Bethlehem, que está a la puerta" (2 Sam. 23:15). Cuando tres de sus hombres arriesgaron su vida en peleas con los filisteos para traerle de aquella agua fresca del pozo de Belén, David "la derramó a Jehová" (2 Sam. 23:16). Esto era de acuerdo con una antigua costumbre de la ofrenda de libación, o sea el derramarla en la tierra como un acto de adoración, vino, o aceite, o agua, o leche, o miel. Algunas de estas ofrendas de bebidas eran derramadas por los hebreos sobre el animal sacrificado al Señor. Al hacer esto, David estaba dando al Señor la bebida del agua que tanto había costado a los hombres, traerla. A través de los siglos el pueblo de Nazareth había tenido sólo un medio de suplirse de agua, un pozo o fuente que se encuentra en la extremidad noroeste del pueblo. Podemos estar casi seguros que María vino aquí con su jarra a sacar el agua para los usos de su hogar, y que aquí el niño Jesús frecuentemente calmaba su sed.

 

Uno de los principales manantiales en Palestina es el que está en Jericó. Esta agua viene de una montaña en el desierto de Judea localizada atrás del pueblo. Este manantial contribuye a formar una represa de agua cerca del montecillo de ruinas en el viejo Jericó, y que ahora se le llama "fuente de Eliseo". Se cree que son las aguas sanadas por el profeta hace muchos siglos (2 Reyes 2:21). Aun cuando el nivel de esta agua baja en tiempo de calor, muy raramente se seca por completo, y es un medio de agua para hombres y animales, y para el oasis, donde crecen los plátanos, higos y palmeras de dátiles de la región.

 

CISTERNAS

 

Para los nativos de Palestina la palabra "pozo" ha querido decir "manantial" o "fuente", pero en los relatos bíblicos a menudo significa "cisterna". En la actualidad la cisterna ha sido el medio más común para el abasto de agua de Palestina, que la del pozo. Beber agua de la cisterna familiar era el deseo proverbial de cada judío, Y esa fue la promesa que el rey Senaquerib de Asiria usó para proceder a tentar a los judíos a hacer la paz con él. El les dijo: "Haced conmigo paz, y salid de mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá de las aguas de su pozo" (2 Reyes 18:31; cf. Isa. 36:16). Estas cisternas familiares eran a menudo cavadas en medio del patio de cosas como fue el caso del hombre que tenía un pozo cisterna en su patio. En el tiempo del año a que se hizo referencia esta cisterna se secó y así dos hombres pudieron esconderse en ella muy fácilmente (2 Sam. 17:18, 19). Durante la estación de lluvias el agua es conducida desde los techos y por medio de canales a estas cisternas.

 

Por lo regular se saca el agua usando una cuerda que pasa por una rueda, y una cubeta de piel, se asegura en un extremo de la cuerda. Jeremías usó el cuadro de una cisterna rota que chorreaba agua, para ilustrar uno de sus sermones. "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas rotas que no detienen aguas" (Jer. 2:13).

 

ORIGEN DEL AGUA DE JERUSALEN

 

Charcos de agua en medio y en derredor de la ciudad. A través de la mayor parte de su historia, la Ciudad Santa ha dependido grandemente de cisternas privadas, las que sus habitantes han mantenido para acaparar el agua de lluvia. La ciudad misma no ha tenido a través del tiempo fuentes vivientes o manantiales dentro de sus muros. El manantial de Gihon, ahora llamado "La fuente de la Virgen", está localizado en el valle de Cedrón, apenas afuera de la ciudad de los jebuseos o Ciudad de David. El rey Ezequías construyó un acueducto o túnel desde el manantial atravesando la roca bajo la ciudad hasta un lugar en el valle de Tiropeo, donde se construyó un tanque para recibir las aguas (2 Reyes 20:20).

 

El estanque ha llevado el nombre de "Estanque de Siloe". El proyecto del agua fue emprendido principalmente para dar suficiente agua a la ciudad en tiempos de sitio. El estanque ha sido importante fuente de agua para Jerusalén a través de los siglos. Aquí se reúnen para lavar sus ropas las mujeres árabes de la vieja ciudad, o sus vestiduras, a sus niños. Y más allá en la boca del túnel, llenan sus jarras para llevar el agua para las necesidades familiares. A este estanque ocasionalmente viene algún pastor a lavar sus ovejas. Otros estanques localizados en y en derredor de la ciudad que han proporcionado agua, incluyen el pozo de Ezequías, localizado dentro del muro y alimentado con agua a través del acueducto subterráneo desde el Estanque de Mamilla. Este último estanque queda a unos seiscientos cuarenta metros al oeste de la puerta de Jafa fuera del muro, y está en el valle de Hinom recibiendo las aguas que escurren de ese valle. El estanque del Sultán queda apenas fuera de la esquina suroeste del muro en este mismo valle. El Estanque de Bethesda se encuentra dentro del muro oriental entre la puerta de San Esteban y el muro norte del cercado del templo. Fue aquí a donde muchos enfermos concurrían a bañarse en el tiempo de Cristo, creyendo que las aguas tenían propiedades curativas. Allí fue donde Cristo sanó al hombre impotente (Juan 5). El Estanque de Salomón y el área de depósito del templo.

 

A tres kilómetros al sur de Belén, se encuentran tres depósitos de agua, que por siglos se les ha llamado los Estanques de Salomón, porque por lo general se cree que él los construyó. Josefo indica que fue probablemente Poncio Pilato quien los reconstruyó y ensanchó. El agua de estos estanques era llevada a Jerusalén por medio de un acueducto cavado en la roca y la depositaba en un gran receptáculo localizado en el área del templo. Aun en la actualidad el agua de este manantial se lleva a la superficie a un punto entre la Cúpula de la Roca y la Mesquita el-Aksa, con una cubeta de piel asegurada a una cuerda y pasándola por una rueda. Los aguadores usaban "botellas" y venían aquí a llevar su agua a muchas partes de la ciudad de Jerusalén. Durante seis meses del año, cuando no llueve, el agua se escasea en muchas partes de Palestina, especialmente durante la última parte de la estación, cuando una tras otra, estas cisternas se han ido secando y los pozos permanentes y los manantiales que siempre fluyen de los cuales se depende para el abastecimiento de agua. En tales tiempos el aguador irá a un pozo o depósito, y luego lleva su agua a aquellos que la necesitan. El puede ir por las calles de la ciudad o por el mercado gritando: "a todos los sedientos, venid a las aguas". Ha habido tiempos en que una persona filantrópica ha pagado al aguador por el agua que él necesita y luego le deja ofrecerla sin precio a los que la necesitan. Entonces él llamará: "¡a todos los sedientos venid y bebed sin precio, sin precio!" Tales palabras nos recuerdan la invitación profética de Isaías: "A todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, sin dinero y sin precio" (Isa. 55:1). Agua para la Jerusalén moderna.

 

La porción de Palestina ahora incluida en la nueva nación de Israel ha sufrido una maravillosa transformación en lo que respecta a su acopio de agua con propósitos de irrigación lo mismo que para los usos de los hogares. Las costumbres primitivas están rápidamente desapareciendo y las costumbres modernas están tomando su lugar en las secciones judías de la tierra. La parte judía de Jerusalén tiene ahora un nuevo acopio de agua que viene de una distancia de cuarenta y ocho kilómetros de la antigua Antipatris, o el Ras el Em, localizado en la Llanura de Sarón. El agua viene de muchos manantiales allí localizados y se lleva por medio de estaciones de bombeo de relevo por una larga tubería hasta la cresta de las montañas, y de allí hasta donde está la Ciudad Santa.

 

La Jerusalén bajo el control de Israel se ha accidentalizado mucho con tuberías de agua en las casas. Pero en mucho de la antigua ciudad porción árabe de Jerusalén, aún se ve a las mujeres llevando jarras de agua sobre la cabeza o los hombros, y a los hombres llevando "botellas" de cuero de cabra con agua, de una manera muy parecida a la de los antiguos hebreos. Y numerosas cisternas aún conservan el agua de lluvia.

 

 

 

2. Programa Diario de Actividades

 

LEVANTARSE TEMPRANO

 

Referente a la hora de levantarse de la cama, un escritor ha descrito el asunto así: "El hábito de levantarse temprano es general en Palestina. El clima lo hace una necesidad la mayor parte del año, siendo tal el calor que los trabajos pesados son opresivos una hora después de la del sol. Al amanecer los trabajadores van al desempeño de sus obligaciones, y los viajeros temprano emprenden su camino". Muchos pasajes bíblicos indican la costumbre de levantarse temprano que se practicaba en aquellos días. El libro del Génesis menciona una ocasión en que "Abraham se levantó muy de la mañana" (Gén. 22:3). El libro del Éxodo nos dice que: "Moisés se levantó temprano" ( Eso. 34:4). Las Sagradas Escrituras nos dicen que Job "se levantaba de mañana" (Job. 1:5). De las gentes que deseaban oír las enseñanzas de Cristo, dice Lucas: "y todo el pueblo venía por la mañana, para oírle en el templo" (Luc. 21:38). Y Marcos dice de Jesús, "y levantándose muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y ahí oraba" (Marc. 1:35). Otros ejemplos de levantarse temprano en tiempo de las Escrituras, Podrían citarse.

 

LAS MUJERES MUELEN EL GRANO

 

El primer sonido que alegra el oído temprano en la mañana en muchos pueblos palestinos, es el de la molienda del grano. Actualmente, como en los años antiguos, muchas de estas gentes usan molino de mano con este propósito. Un viajero que pasa frente estos hogares humildes oye el ruido del molino de mano en la mañana y en la tarde, Este ruido de la molienda no es precisamente musical, pero así a muchos les gusta dormirse oyéndolo. En la mente de las personas que viven en el Oriente, este ruido lo asocian con el hogar, el confort y la abundancia. Las mujeres son quienes hacen esta tarea, principalmente temprano por las mañanas, requiriéndose algunas veces trabajar hasta el medio día para terminarlo. Cuando Jeremías lanzó juicio sobre Israel por sus pecados, dijo con referencia a lo que Dios quería de ella: "Y haré que perezca de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz desposada, ruido de muelas" (Jer. 25:10). De esto puede inferirse que el ruido de estos molinos de mano es una indicación de actividad y vida, y su ausencia puede ser signo de suma desolación.

 

Las referencias bíblicas a los molinos de mano son fieles a las costumbres Orientales. El trabajo es de los sirvientes si acaso la familia dispone de ellos; si no, las mujeres lo ejecutan, porque los hombres lo consideran muy humilde, y ellos no ejecutan tareas serviles. La parte del juicio sobre Israel es la destrucción de Jerusalén por el enemigo. "Llevaron los mozos a moler" (Lam. 5:13). Y los filisteos castigaron a Sansón de esa manera, porque se dice de él, "que moliese en la cárcel" (Jue. 16:21). Aun cuando hay molinos de mano sencillos para usarlos una sola persona, es común que dos mujeres trabajen en uno juntas. El molino está compuesto de dos piedras de cuarenta y cinco a sesenta centímetros de diámetro. Las mujeres se sientan a él poniéndose la una frente a la otra. La piedra superior se mueve sobre la inferior impulsada por una manija que es halada alternativamente y empujada.

 

Este es el proceso que se sigue, según Anis C. Haddad, en Palestine Speaks: "La piedra superior da vueltas en derredor de un pivote de madera en el Centro de la de abajo. El agujero de la piedra superior para el pivote está en forma de embudo para recibir el maíz, el que es puesto por ambas mujeres dentro, según se requiere. La harina que va saliendo de entre las piedras se recoge en una piel de oveja puesta bajo el molino". Job habla de un corazón "fuerte como una piedra, y fuerte como la muela de abajo" (Job 41:24). El Dr. Thompson dice que la piedra inferior del molino no siempre es más dura que la superior pero él ha visto la muela hecha de una lija muy compacta y gruesa, mientras que la piedra superior era de lava, sin duda, porque siendo muy ligera, es más fácil hacerla girar en derredor con la mano.

 

TIEMPO PARA LAS COMIDAS

 

Las comidas no siempre se sirven al mismo tiempo en el Oriente, y la naturaleza de las comidas varía en las diferentes regiones. Este mismo fue igual en los tiempos bíblicos. En general debe de se que los hebreos daban solamente dos comidas, el almuerzo y comida. La hora para el almuerzo varía desde temprano en la mañana hasta el medio día. Jesús les sirvió el almuerzo a un grupo de pescadores hambrientos temprano en la mañana (Jn. 21:12). Al comentar las negligencias de los guardas del rey Eglón 3:24), Josefo el historiador judío dice: "Era tiempo de verano, medio día, cuando los guardas no estaban en su puesto, tanto el calor, como porque habían ido a comer".

 

Se llama la atención al hecho de que la palabra que Josefo usa por "comida" es una pala que quiere decir "almuerzo" como se usa en el Nuevo Testamento. Se desprende de esto que el historiador judío da a entender que algunas veces el almuerzo se servia tan tarde como al medio día, en tiempo. Sin duda que con frecuencia se servia al medio día. En la parábola del casamiento del hijo del rey, el mensaje se envió a los invitados, "He aquí, mi comida he aparejado" (Mat. 22:4).

 

La de bodas sería semejante a la "comida de bodas" inglesa. Jesús menciona las dos comidas de los judíos en una exhortación hecha a su hospedador, "cuando haces comida o cena" (Luc. 14 La comida de la tarde en muchos casos es la principal, pero siempre; todo dependía de la naturaleza y lugar de trabajo de hombres. La costumbre en algunas ciudades modernas de almuerzo entre las nueve y las doce, y la comida por la tarde, corresponden a las dos comidas de los judíos en tiempos bíblicos.

 

FABRICACION DE TELAS Y HECHURAS DE VESTIDOS

 

Las mujeres judías fabricaban las telas para la familia. La lana que usaban se obtenía de los rebaños. Tenía que hilarse sin el USO de telares modernos. Referente a este proceso, el libro de los Proverbios en su tributo a la madre ideal lo describe así: "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaran la rueca" (Prov. 31:19). Los antiguos egipcios y babilonios, eran expertos en tejer, tenían grandes telares, pero la mayoría del pueblo común palestino usaba telares muy primitivos, y el proceso de tejido era de necesidad, era lento y tedioso.

 

Por supuesto que no había máquinas de coser o agujas de acero. Las agujas eran muy toscas y hechas de bronce, y algunas veces de astillas de hueso que se afilaban de un extremo y con un agujero en el otro. Se dice que actualmente la mayor parte del hilado en Siria es hecho por mujeres ancianas. Da ocasión a las tejedoras de unirse. Así ellas hilan mientras platican, y algunas veces mientras comen en un modo informal. Cuando dice la Escritura, "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la rueca" (Prov. 31:19), es lo mismo que decir, "Ella nunca está ociosa", o como dirían los sirios, "Su huso nunca está fuera de sus manos".

 

LAVADO DE TELAS

 

Las mujeres árabes, al lavar su ropa actualmente, van a los manantiales, corrientes de agua, piscinas o canales de riego. Sumergen su ropa, luego la sacan poniéndola sobre piedras planas, las cuales abundan en Palestina, la golpean con una cachiporra de medio metro de largo. Acarrean el agua en recipiente de piel de cabra Y tienen una vasija para enjuagar la ropa. Qué proceso se usó en tiempos de David, seguramente indica en su oración de su salmo penitencial: "Lávame más de mi maldad" (Sal. 51:2). Este cuadro viene del proceso del lavado de la ropa. Alejandro McLaren dice a este respecto: "La palabra empleada es significativa; probablemente quiere decir lavar amasando y golpeando, no simplemente enjuagando. El salmista esta listo a someterse a una disciplina dolorosa, con objeto de ser limpiado. "Lávame, golpéame, hóyame, golpéame con malletes, arrójame contra las piedras, haz conmigo cualquier cosa, si acaso estas sucias manchas son quitadas de los tejidos de mi alma". El jabón que se usaba para lavar está muy claro en las Escrituras.

 

La palabra se encuentra en las traducciones comunes de libros de Jeremías y Malaquías (Jer. 2:22 y Mal. 3:2). Este jabón era indudablemente un alcalí vegetal. Job dijo: "Aunque me lave aguas de nieve, y limpie mis manos con la misma limpieza" (9:30). Este era un alcalí vegetal. Hay en la Biblia dos referencias al alcalí mineral, el que era llamado nitrato (Prov. 25:20 y 2:22). Esto era probablemente el "natrón" tan ampliamente usado en Egipto. LAS NIÑAS CUIDAN EL GANADO Entre los árabes beduinos donde los camellos requieren la atención de los hombres, la tarea de cuidar las cabras es asignada a jóvenes de la casa.

 

Estas pastorcitas algunas veces tienen dificultades para dar agua a sus ganados, si acaso los pastores de los rebaños de camellos vienen en uno de sus períodos de cinco días de pasto sin agua. Las mujeres no son consideradas, a pesar de su sexo, por estos hombres. La Historia Sagrada nos relata cómo Moisés protegió a las hijas de Jetro cuando ellas buscaban una oportunidad dar agua a sus ganados. Una de estas hijas vino a ser después esposa de Moisés (Ex. 2:15-21).

 

LA SIESTA DEL MEDIO DIA

 

Durante la temporada del verano en Palestina, el tiempo de calor máximo es al medio día, de las doce a las tres de la tarde, hay cesación de la mayor parte de las actividades durante ese tiempo en muchas partes de la tierra. Descansan en sus casas o donde pueden encontrar un lugar apropiado. Las lavanderías y las tiendas por lo regular cierran sus puertas durante esas horas. En el Antiguo Testamento era común este descanso al medio día. El Génesis nos cuenta que Abraham estaba sentado a la puerta de su tienda en el calor del día (Gen. 18:1). El hijo de Isboset, estaba durmiendo al medio día "el cual esta durmiendo en su cámara la siesta" (2 Sam. 4:5). Y cuando Saúl entró en la cueva donde David y sus hombres habían sido localizados, él sin duda lo hizo para dormir su siesta del medio día. "Entró Saúl en ella a cubrir sus pies" (1 Sam. 24:4).

 

CONVERSACION DIARIA

 

Usar el nombre de Dios en la conversación. En las tierras anglosajonas raramente se menciona el nombre de Dios en las conversaciones diarias, excepto por los profanos. Pero entre los árabes de las tierras bíblicas, el nombre de Dios constantemente está en los labios de aquella gente. Una persona asombrada exclamará "Masahallah", es decir "Lo que ha hecho Dios" Que es la misma expresión usada hace siglos por Balaam (Núm. 23:23). Si a un hombre se le pregunta si espera hacer cierta cosa, contestará, "Si Dios quiere". Esta es la clase de contestación que recomienda Santiago en su Epístola (Sant. 4:1). Si se pone a un niño en tal forma que usted pueda admirarlo, la abuela dirá: "He aquí, la dádiva de Dios", palabras de la declaración del salmista, "He aquí, heredad de Jehová son los hij05" (Sal. 127:3). Cuando un agricultor saluda a Sus trabajadores les dice: "Dios sea con ustedes". Ellos contestarán, "Dios lo bendiga". Estos son algunos de los saludos usados hace siglos cuando Booz se acercó a sus trabajadores (Ruth 2:4) - Esas pías expresiones, por supuesto pueden usarse tan frecuentemente que lleguen a perder su significado, y en los labios de gente insincera pronto pierden su valor.

 

Pero esas conversaciones forman un gran contraste con las que se oyen entre los occidentales. Desde los días de los patriarcas hasta los de los apóstoles, la conversación diaria entre los judíos incluye muchas referencias a la Deidad. Sin duda que había labios insinceros que pronunciaban el nombre de Dios descuidadamente, pero cuando esta costumbre practicada por gente de Dios. ¡Qué hermosa era! En el libro de Ruth, encontramos muchos ejemplos de tales conversaciones. Uno de ellos es, cuando las amigas de Noemí exclamaron: "Bendito sea el Señor". (Ruth 4:14). Sería bueno que los cristianos modernos usaran el nombre de Dios en sus diarias conversaciones. Uso de lenguaje figurado y expresiones exageradas. La manera oriental de hablar, frecuentemente es para registrar gráficamente que se quiere dar a entender, o quizá demostrarlo.

 

Lucas nos da buen ejemplo en su relato de las experiencias de Pablo: "Descendió de Judea un profeta, llamado Agabo; y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón cuyo dueño es este cinto" (Hech. 21:10, 11). Si Juan el Bautista hubiese hablado como algunos oradores de Occidente, hubiese dicho: "Vuestras pretensiones a la virtud y nacimiento, exceden grandemente vuestra práctica actual de la virtud". Siendo un oriental legítimo, él dijo: "Generación de víboras ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que vendrá? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros. A Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede despertar hijos a Abraham aun de estas piedras" (Mat. 3:7-9) El mucho uso de figuras en el idioma en la enseñanza y conversación hacen del libro un típico libro oriental.

 

 Los orientales con frecuencia hacen declaraciones que para occidentales parecen exageraciones inmerecidas. Un hombre dirá otro: "Lo que te digo es cierto; si no, me corto el brazo o si no, dirá: "Te prometo esto, y si no cumplo mi promesa, me sacaré el ojo derecho". En aquellas tierras nadie soñará siquiera que tal resolución pueda llevarse al cabo. Esas expresiones simplemente quieren decir que el que las dice, es persona seria. Los orientales pueden muy bien apreciar lo que Jesús daba a entender cuando decía: "Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala y échala de ti" (Mat. 5:29, 30).

 

Muchas de las expresiones de Jesús deben entenderse a la luz de las conversaciones diarias de su tiempo. Aquí tenemos algunos ejemplos: "Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mat. 19:24) -"Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello" (Mat. 23:24) "Y ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?" (Mat. 7:3). Al leer estos pasajes de la Escritura, los occidentales deben recordar el afecto de los orientales por la hipérbole. Tratando asuntos delicados en compañía mixta.

 

Los que visitan Palestina de todas partes del mundo, con frecuencia se ofenden por la manera como en las diarias conversaciones de los nativos, se incluyen asuntos de los que nunca se hablaría en círculos corteses occidentales. El oriental considera perfectamente propio hablar acerca de cualquiera cosa que sea natural en presencia de hombres, mujeres y niños. Y esto se hace en círculos sociales refinados. Una mujer respetable de la Tierra Santa no puede entender por qué algunos críticos de la Biblia han condenado la mención de ciertos pasajes escriturales que tratan asuntos que parecen una sinrazón para los occidentales. La historia que se relata en Génesis de los detalles concernientes al nacimiento de los gemelos, Esaú y Jacob (Gen. 25:23-26), puede ser relatada en una asamblea en el Oriente, aun con más detalles, sin venir un sonrojo a ninguno de los presentes. Hace algunos cientos de años se hacía lo mismo en Inglaterra.

 

LAS MUJERES VAN POR AGUA

 

Tarea es de las mujeres el ir a traer el agua de los pozos, y manantiales para los quehaceres hogareños. En la actualidad lo ha en muchas partes en Oriente, de la misma manera que lo hace cuando los relatos del Génesis hablan de "la hora de la tarde, la hora en que salen las mozas por agua" (Gen. 24:11) - Las mujeres entrenan para este trabajo desde la niñez, pues Saúl y su siervo "hallaron unas mozas que salían por agua" (1 Sam. 9:11). El mejor tiempo para este trabajo era por la tarde, aun cuando algunas veces se hacía temprano por las mañanas. Cántaros de barro (Lam. 4:2), se usaban para este trabajo, los que tienen a veces una o dos asas. Ha sido una costumbre entre las mujeres siriacas, llevar el cántaro de agua en su hombro, aunque algunas lo llevan sobre la cabeza. La mayoría de las mujeres árabes en Palestina lo llevan sobre su cabeza.

 

La Escritura nos dice que Rebeca llevaba su cántaro en el hombro (Gen. 24:15). El llevar un cántaro al agua era costumbre universal de las mujeres. Debe haber sido un cuadro pintoresco verlas ir y venir con su cántaro graciosamente puesto en su cabeza o su hombro. Cuando Jesús dijo a dos de sus discípulos "Id a la ciudad y os encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle" (Marc. 14:13), ese era un modo fácil de identificar a una persona, porque no es nada común ver a un hombre llevar un cántaro con agua, porque esta es tarea de las mujeres. Cuando grandes cantidades de agua se necesitan, los hombres usan grandes sacos de piel de oveja o cabra para llevarla.

 

Los cántaros se reservan para uso de las mujeres. No se deja nada en el pozo que pueda servir para sacar agua de lo profundo. Cada una de las mujeres que van a traer el agua además de Su cántaro, lleva una cubeta de cuero y una soga, suficientemente larga para bajarla hasta el nivel del agua. La mujer samaritana a quien Jesús encontró en el pozo de Jacob, había traído todo esto, pero Jesús no tenía un equipo igual. De allí que ella le dijera: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo" (Jn 4:11). En respuesta a su solicitud de que le diese de beber, ella la sacó del pozo y la dio a él.

 

 

 

3. Agasajar un Huésped

 

DISGUSTA COMER SOLO

 

Es una parte de la etiqueta oriental el querer compartir con otros la hospitalidad. Después que una comida ha sido preparada, se ha oído a un árabe llamar tres veces, desde una parte alta, invitando a los hombres a venir a participar de una comida. Los hombres del desierto no gustan de comer sus comidas ellos solos. Así sentía el patriarca Job en su tiempo: "Y si comí mi bocado solo, y no comió de él el huérfano" (Job 31:17). Huéspedes que se creyó eran enviados por Dios. Los orientales creen que la persona que viene a su casa es enviada por Dios. Así su hospitalidad se transforma en una obligación sagrada. Cuando alguna de estas personas agasajó a occidentales, estaba tan feliz que lloraba lágrima5 de contento porque "El cielo le había enviado tales huéspedes". Cuando Abrahán agasajó a tres extranjeros que eran ángeles, él mostró la misma actitud. Su entusiasmo al recibir sus huéspedes indicaba su creencia, que aquellos a quienes iba a agasajar le habían sido enviados por cl Señor. Se dice que "corrió a su en encuentro" que se apresuró al pabellón de Sara para ordenarle hiciera el alimento pronto; y que "corrió al rebaño", y "tornó un becerro", y se apresuró a aderezarlo (Gcn. 18:2-7).

 

 CLASES DE HUESPEDES

 

Amigos como huéspedes.

 

Un amigo es siempre bien recibido y goza de hospitalidad en oriente. Los romanos del tiempo del Nuevo Testamento tenían una señal de hospitalidad entre sus amigos, que consistía en una teja de madera, o piedra, que se dividía por mitad. Cada uno escribía su nombre en uno de tus pedazos, luego los cambiaban entre sí. Con frecuencia éstos eran guardados y entregados de padres a hijos. El presentar una de las partes de la teja garantizaba la hospitalidad de un amigo sincero. Sin duda alguna, el libro de Apocalipsis se refiere a esta costumbre como una de las promesas a los vencedores: "Y le daré una piedrecilla blanca en la piedrecilla un nombre nuevo escrito'' (Apoc. 2:17). Extranjeros como huéspedes. Hay en Oriente un proverbio que dice: "Los árabes beduinos, actuales como Abraham, se sentarán a la entrada de su tienda para estar a la expectativa de huéspedes extranjeros" (Gen. 18:1). El Apóstol bajo inspiración, mandó referente a la hospitalidad de este tipo de huéspedes: "No olvidéis la hospitalidad, porque por esto algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles" (Heb. 13:2). Y cuando Pablo exhortó a los creyentes romanos a "ser hospitalarios" (Rom. 12:13), se refería a la misma cosa, porque la palabra griega que utilizó por hospitalidad, filoxenía quiere decir "amor hacia los extranjeros". Véase también "Hospedar Compañeros-Creyentes en los tiempos del Nuevo Testamento". (Cap. 13). Un rasgo característico de la hospitalidad oriental es que algunas veces se recibe a un enemigo como huésped, y mientras él permanezca en esa relación, está perfectamente seguro y es tratado como un amigo. Hay algunas tribus orientales de los moradores en tiendas que tienen por regla que un enemigo que ha "una vez demostrado o tocado una soga de una sencilla tienda, está a salvo".

 

 PREPARATIVOS HECHOS PARA HUESPEDES

 

Entre moradores de tiendas. Si un huésped es acogido por una persona que vive en tienda, no habrá lugar separado para él, ni esperará que lo haya. La primera sección de la tienda dentro de la morada es por lo general el cuarto del huésped que le servirá como comedor y recámara. Los hombres comen con los huéspedes en su tienda, donde Abraham agasajó a sus ángeles huéspedes, cuando Sara en el departamento de mujeres adjunto, oyó lo que platicaban. (Gen. 18:1-10). En las aldeas y ciudades. Si en una aldea no se encuentran cuartos de huéspedes en comunidad, el huésped es hospedado en una de las casas y como la mayoría de ellas sólo tiene un cuarto sencillo. Ese cuarto le servirá de cuarto de recepción, comedor y recámara. Este mismo cuarto hará las veces de apartamento de recepción de la tienda. En muchas aldeas y ciudades, se provee una cámara pública para huéspedes. El alimento para los hospedados allí, se proporciona por las familias que proveen el cuarto. Algunas veces se alquila un sirviente para que cuide del cuarto. El alojamiento de una persona puede ser un cuarto superior, o en cl verano la sombra de algún árbol grande puede servir como tal. Este cuarto es el lugar de reunión social para los hombres de la aldea. Al elemento femenino no se le permite ir a estas cámaras que sólo son para los huéspedes. Así que si un hombre lleva a su familia de viaje, no va a estos lugares públicos de recepción, sino que espera hasta que alguien le invita a su casa. En el libro de los Jueces se cuenta de un levita que viajaba con su concubina y un sirviente, y cómo fue huésped de un anciano (Jue. 19:15-21). Como muchas familias duermen en los terrados en el verano, a los huéspedes frecuentemente se les da ese lugar para pasar la noche. Saúl fue hospedado una noche en él terrado y por la mañana temprano Samuel le llamó (1 Sam. 9:26). En las ciudades o donde hay casas de más de un cuarto, construidas en derredor del patio, el cuarto de huéspedes comúnmente es el último del cortijo. Por regla general este cuarto es más abierto que los otros cuartos familiares. Este correspondería al diván levantado en algunas casas de un cuarto, que sirve como lugar de honor para los huéspedes. En las casas grandes, se provee un buen cuarto bien amueblado cerca de la puerta, para que el huésped no moleste a la familia. Si hay algún cuarto superior, algún huésped, distinguido es alojado en él. Al hombre de Dios se le proveyó un cuarto semejante como lugar de retiro (2 Reyes 4:10).

 

COSTUMBRES CUANDO UN HUÉSPED ENTRA EN LA CASA

 

 Reverencia.

 

Cuando en un hogar oriental se recibe un huésped, la reverencia entre huésped y dueño de la casa se manifiesta. Entre los orientales esta reverencia se sujetará sólo a un movimiento de cabeza, pero en Oriente, hay una costumbre más expresiva de saludarse con la cabeza erecta y el cuerpo un poco inclinado hacia delante, levantando la mano al corazón, la boca y la frente. El significado simbólico de esta acción es para decir algo semejante a esto: "Mi corazón, mi voz y mi cerebro están a vuestra disposición". Pero aquellos que usan esta costumbre muchas veces entran en una reverencia más completa. No esperan hacerlo sólo a gente de la realeza, sino que cuando quieren expresar gratitud por un favor, y en estas ocasiones en que se encuentran, con frecuencia caen de rodillas, inclinando luego el cuerpo hasta tocar la tierra con su cabeza, y besando la parte baja de la vestidura de la otra persona, o sus pies, y aun el polvo de sus pies. A los que no que no conocen esta costumbre, les parecería que la persona estuviera adorando a otra como se adora a Dios; pero por lo regular esa clase de adoración no se implica en la acción. Se dice que Cornelio adoró a Pedro: "Y como Pedro entró, salió Cornelio a recibirle; y derribándose a sus pies, adoró" (Hech. 10:25). Por supuesto, Pedro rehusó, porque podía ser una adoración divina. Refiriéndose a los enemigos de la iglesia de Filadelfia, encontramos en el Apocalipsis estas palabras del Señor: "He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás... Yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies" (Apoc. 3:9). Los revisores tienen una nota al margen que explica la palabra adoración'' en ambos textos: "La palabra griega denota acción de reverencia, ya sea a una criatura o al Creador" Hay muchos ejemplos en la Biblia de esta costumbre oriental de reverencia en varios grados de intensidad (cf. Gen. 18:2, 3; 23:7, 12; Mat. 18 :26; Apoc. 19 :10) .. Salutaciones. Cuando un árabe entra a la casa o a la tienda de un beduino, las salutaciones son como ésta: el amo de la posada dirá: "Salam Alakum", que quiere decir "Paz sea contigo". El huésped responderá con las palabras: "Wa alakim es-salam", que quiere decir "Paz sobre ti''. Sabiendo que estas costumbres árabes datan de siglos atrás, qué significativas son entonces las instrucciones de Jesús a sus discípulos, que serían alojados en ciertos hogares. En cualquiera casa donde entrareis, primeramente decid: Paz sea a esta casa, si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, esta, volverá a vosotros'' (Luc. 10:5. 6). Besos. Los huéspedes de los hogares de la Tierra Santa, esperan ser besados al entrar. Cuando Cristo fue invitado por un fariseo, El comentó en esa recepción diciendo: "No me diste beso" (Luc. 7:45). La diferencia entre la forma oriental y la occidental de saludarse, la explica una persona que vivió muchos años en Palestina. "Aquí los hombres se saludan al encontrarse, pero en Palestina en vez de hacer así, ponen su mano derecha sobre el hombro izquierdo del amigo y le besan la mejilla derecha, después, hacen lo contrario: ponen la mano izquierda sobre su hombro derecho, le besan en la mejilla izquierda. En nuestro país los hombres nunca se besan en la cara; allí puede verse constantemente, pero ved cómo la práctica ilustra las numerosas alusiones de la Biblia, costumbres que no existen para los occidentales. Una vez que uno se hace a la idea de que sus besos corresponden a nuestro sincero apretón de manos entre amigos e iguales socialmente, ¡cómo se aclara esa costumbre que antes estaba velada!" Los ejemplos bíblicos del beso entre los hombres pueden multiplicarse. Jacob besó a su padre (Gen. 27:27). Esaú besó a Jacob (Gen. 33:4). José besó a sus hermanos (Gen. 45:15). Jacob besó a los hijos de José (Gen. 48:10). Aarón besó a Moisés (Ex. 4:27). Moisés besó a Jetro (Ex. 18:7). David y Jonatán se besaron (1 5am. 20:41). El padre besó al hijo Pródigo (Luc. 15:20). Los ancianos de Mileto besaron a Pablo (Hech. 20:37). Y aun en los tiempos modernos esta costumbre se practica mucho en Oriente. Quitarse el calzado. Al entrar a una casa como huésped, éste debe hacer como todos los orientales, quitarse sus zapatos, botas o sandalias antes de entrar a su cuarto. Esto es necesario, ya que ellos se sientan en una estera, alfombra o diván, colocando los pies debajo, y el calzado estropearía el diván o los lienzos, y haría un asiento muy molesto. La idea de contaminación del calzado los llevó a la costumbre de quitárselo antes de entrar a los lugares sagrados. Así en la Zarza ardiendo, el Señor dijo a Moisés: "quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es" (Ex. 3:5). Lavado de los pies. Después de la reverencia, el saludo y el beso al huésped oriental se le ofrece agua para lavar sus pies. Si se usan sandalias, necesariamente se necesita lavar los pies, pero con frecuencia se hace también con los que usan calzado. Un sirviente ayudará al huésped poniéndole el agua sobre sus pies y sobre una Jofaina de cobre, frotando los pies con las manos y secándolos con una toalla. Cuando el Señor y sus discípulos estuvieron juntos, el Salvador tomó cl lugar del sirviente, lavando los pies a los discípulos, lo que ellos mismos habían desdeñado hacer por considerarla una tarea humillante. Juan nos dice: "Levantase de la cena, quitase su ropa, y tomando una toalla, ciñóse. Luego puso agua en un librillo y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido" (Jn. 13:4, 5). Pablo dio como recomendación de una viuda: "si ha lavado los pies de los santos" (1 Tim. 5:10). Esta costumbre también era común en los días del Antiguo Testamento (Gen. 18:4; 19:2; 23:32; 1 5am. 25:41, etc.). Ungiendo la cabeza con aceite. Esta costumbre de ungir a los huéspedes con aceite es muy antigua entre las naciones orientales. Sólo se usaba aceite de oliva, algunas veces mezclado con especies. Simón cl fariseo fue: acusado de falta de hospitalidad porque no ungió a Jesús (Luc. 7:46). Esto nos indica que la costumbre era muy común en los días de los relatos evangélicos. David inmortalizó la costumbre al escribir el Salmo del pastor y exclamó "Ungiste mi cabeza con aceite" (Sal. 23:5). En tiempos recientes los viajeros de Oriente han descubierto que la práctica de ungir, aún existe en algunos lugares.

 

CUIDANDO A UN HUESPED DESPUES DE ENTRAR

 

Al huésped se le da un vaso con agua. Una de las primeras cosas que se ofrece a un huésped que ha sido recibido, es un vaso de agua. El hacer esto es reconocerlo como merecedor de una pacífica recepción. Así el ofrecer agua de beber es la manera más sencilla de trabar amistad con una persona. Cuando Eliezer, el siervo de Abrahán buscaba una bienvenida, él lo hacía pidiendo a la doncella que vino al pozo a sacar agua (Gen. 24:17, 18). "Ruegote que me des a beber un poco de agua de tu cántaro". Y ella respondió "Bebe, Señor mío". Está era la indicación de que era bienvenido como huésped en su hogar cercano. Con esta indicación unida a1 agua ofrecida, la promesa de Jesús adquiere un nuevo significado (Mare. 9:41), "Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa". Se sirve comida al huésped. En el Oriente, es un acto muy especial de hospitalidad, el compartir el pan. Quiere decir mucho más que lo que significa para los occidentales. Es la manera de hacer un pacto de paz y fidelidad. Cuando Abimelec deseaba un pacto permanente con Isaac, la confirmación de ese pacto llegó cuando Isaac "les hizo banquete y comieron y bebieron" (Gen. 26:30). La expresión "pan y sal" es considerada por un oriental como sagrada se dice: hay pan y sal entre nosotros, es como si dijésemos "estamos unidos por un pacto solemne". Un enemigo no "probará la sal" de su adversario a menos que esté listo para reconciliarse con él. En Siria, en algunos distritos rurales, actualmente existe la costumbre que una persona en una misión de importancia, no comerá pan ni sal de sus hospedados, hasta que haya cumplido con dicha misión. Piensan ellos que el convenio de "pan y sal" no debe considerarse o tomarse en cuenta hasta que la actitud del hospedador sea conocida con respecto a la misión del huésped. Así el siervo de Abraham rehusó comer en la mesa de Labán hasta que hubiera dado a conocer su misión que era la de encontrar mujer para Isaac (Gen. 24:33). El Dr. Thompson, misionero en Siria, fue en una ocasión huésped de la tienda de un jefe beduino. El jefe mojó un pedazo de pan en alguna miel de uvas y le dio al misionero a comer. Entonces él le dijo: "Ahora somos hermanos. Hay pan y sal entre nosotros. Somos hermanos y a liados"'. Cuando los gabaonitas buscaban un pacto de amistan con Israel en los días de Josué, se dice que los israelitas "tomaron de su provisión del camino y no preguntaron a la boca de Jehová" (Jos. 9:11). Una vez que celebraron este convenio o pacto, Israel estaba obligado a guardarlo. El huésped hecho señor de la casa. Hay por ahí un proverbio oriental que dice: "El huésped mientras esté en la casa, es su señor". Esto es cierto en el espíritu de la hospitalidad en Oriente. Una de las primeras salutaciones que los hospedadores en Palestina dan a un huésped es decirle, "Hadtha beitak", es decir, "Esta es su casa". Esto es repetido varias veces. Así el huésped durante su estancia, es Señor de la casa. Y cuando el huésped solicita un favor, al concedérselo su hospedador le dirá: "Ud. me honra". Deben haber existido las mismas costumbres entre hospedados hospedador y huésped en los días de Lot. El hospedador era considerado como siervo, y el huésped como señor. Así Lot habló de sí mismo y de sus huéspedes: "Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo" (Gen. 19:2). El huésped no debe esperar estar a solas. Un huésped oriental se creería mal tratado si se lo dejara solo en cualquier momento. No necesita que se le dejo solo por la noche, porque duerme con su ropa puesta. El se siente contento de tener varias personas que duerman con él. Si se lo asignara lugar para dormir en un cuarto superior, entonces algunos de los hijos de la familia dormirán con él para hacerle compañía. El se sentiría abandonado si se le tratara de la manera que se trata a los huéspedes en Occidente, de la mima manera que un occidental, se sentiría oprimido por las constantes atenciones de un hospedador oriental. PROTECCIÓN A UN HUESPED En tierras de Oriente, cuando una persona acepta a otra como su huésped por ese sólo hecho el conviene que a cualquier costo defenderá a su huésped de cualquier posible enemigo durante el tiempo de su estancia con él. El Dr. Cyrus Hamlin, misionero norteamericano en Oriente, fue huésped del Gobernador. Este tomó un pedazo de carnero asado y lo dio al misionero, diciéndole, "Ahora ¿sabe usted lo que he hecho?" Y contestando a su propia pregunta, dijo: "Por medio de este acto, garantizo con cada gota de mi sangre, que mientras usted esté en territorio mío, ningún mal le sobrevendrá. Por este período de tiempo somos hermanos". El salmista se sentía absolutamente seguro, pues aun cuando tenía enemigos, sin embargo, cuando él sabía que el Señor era su hospedador, decía, "Aderezaras mesa delante do mí, en presencia de mis angustiadores" (Sal. 23 :5) .

 

ABUSO DE LA HOSPITALIDAD

 

Entre las naciones de Oriente se considera como un pecado horrible que cualquiera persona que acepta una hospitalidad se vuelva contra su hospedador ocasionándole algún mal. Este sentimiento se remonta a tiempos muy antiguos, y a él se alude con frecuencia por algunos escritos. El profeta Abdías hace referencia a este pecado en la forma siguiente: "Hasta el término te hicieron llegar todos tus aliados te han engañado tus edificios, prevalecieron contra ti los que comían tu parte, pusieron a lazo debajo ti" (Abd. 7). El salmista David habla de este terrible mal, "Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, él que de mi parte comía, alzó contra mí el calcañal" (Sal. 61:9). Y el Señor Jesús cita este mismo pasaje en los Salmos al tener su cumplimiento en la traición de Judas, el que le entregó, quien además comió a la misma mesa que él (Jn. 13:18).

 

RENOVACION DE UN PACTO ROTO

 

Entre los pueblos orientales, cuando un pacto ha sido invalidado, pueden renovarlo los que antes lo habían concertado, comiendo juntos. Jesús después de su resurrección por lo menos tres veces comió con algunos de sus discípulos, y con toda seguridad lo hizo para renovar el pacto, que había sido invalidado por la falta de lealtad a El durante los días de su pasión (cf. Luc. 24:30; 41-43; Jn. 21:12, 13). Tenemos el ejemplo de Jacob y Labán consignado en el Antiguo Testamento, cuando sus relaciones estaban resentidas. Reanudaron su amistad comiendo juntos, al mismo tiempo que hacían un juramento. (Gen. 31:53, 54).

 

LA PARTIDA DEL HUÉSPED

 

Cuando llega la hora de que el huésped deba irse, un hospedador sirio hará todo lo posible por retrasar la partida. Le pedirá que se quede a comer una vez más, o esperar hasta la mañana para su partida. En el capítulo 19 de Jueces tenemos el mejor ejemplo en la Biblia de la costumbre de detener a un huésped. El que hospedaba dice a su huésped: "Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis". Después de tomar la comida, le pide que se quede toda la noche, pero el huésped pensó que era tiempo de partir y lo hizo luego. Este es un procedimiento típico de Oriente (Jue. 19:5-10). Cuando un huésped se va, la salutación usual es la siguiente el huésped dirá: "Con vuestro permiso". Y el que lo hospedó dirá: "Id en paz". Isaac debe haber usado tal salutación cuando Abimelec y sus hombres se fueron, después de haber sido agasajados por Isaac con una comida. Las Escrituras dicen: "y ellos se partieron de él en paz" (Gen. 26:31). Cuando el que hospeda quiere hacer un honor especial a su huésped que se va, irá con él alguna distancia fuera del pueblo. Algunas veces este paseo durará una hora, terminando luego cuando el huésped le ruega no molestarse más. Así caminó Abrahán con sus huéspedes "y Abraham iba con ellos acompañándolos" (Gen. 18:16).

 

 

 

4. Alimentos y Modo de Prepararlos

 

¿Qué clase de alimentos comían los judíos antiguos?

 

"El alimento ordinario de la mayoría de los hebreos de los tiempos bíblicos, era pan, aceitunas, aceite, suero de manteca, y quesos de sus ganados, frutas y verduras de sus huertos y jardines, y carne en raras ocasiones'. Sólo muy pocas variedades podrían añadirse para tener una lista completa de los alimentos que se usaban en aquellos días.

 

USO DE GRANOS CRUDOS Y TOSTADOS: El comer los granos crudos es una costumbre moderna en Palestina que data de los tiempos más antiguos. (Véase también "Comer el Grano en el Campo" Cap. 19). Los árabes en estos tiempos con frecuencia arrancan las espigas de grano y las restriegan en sus manos, para comerlos. La ley mosaica dice: "Y no comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios" (Lev. 23:14; cf. Deut. 23:25; 2 Reyes 4:42). Los discípulos de Jesús comían grano crudo en los campos. "Y aconteció que pasando él por los sembrados en un sábado segundo del primero, sus discípulos arrancaban espigas, y comían, restregándolas con las manos" (Luc. 6:1; cf. Mat. 12:1; Marc. 2:23).

 

Por lo anterior puede verse que la costumbre de comer grano crudo ha prevalecido por miles de años. Otro alimento muy común en el Oriente actualmente y que se usa desde los tiempos bíblicos es el grano tostado. Este se prepara con los granos de trigo que no están completamente maduros. Se tuestan en una bandeja o en un comal de hierro. Este grano se come con o sin pan. "Isaí envió grano tostado a sus hijos cuando éstos estaban en el ejército, por mano de David" (1 Sam. 17:17). Abigail incluyó algo de él en su presente a David (1 Sam. 25:18). David también lo recibió de sus amigos cuando andaba huyendo de Absalón (2 Sam. 17:28). Estas Escrituras muestran que el grano tostado se ha usado por siglos.

 

PAN: el principal alimento. Se ha estimado que en el Oriente, tres cuartas partes del pueblo se alimenta de pan o de los productos manufacturados con harina de trigo o cebada.

 

Es incuestionablemente el principal alimento en el Oriente. En la Biblia se usa con frecuencia la expresión tal como "comiendo pan" mientras que los occidentales dicen: "tomando la comida". Cuando en la Biblia se dice: "los egipcios no pueden comer pan con los hebreos" (Gen. 3: 31, 32), quiere decir que ellos no podrán tomar su comida juntamente con ellos. (Véase también Gen. 37:25; Ex. 2:20; I Sam. 28:2225). La santidad del pan. Los palestinos han sido enseñados a creer que el pan tiene un significado místico y sagrado. En algunos lugares se tiene tanta reverencia hacia el pan que no son capaces de levantarse para saludar a un huésped si están partiendo el pan juntos, sino que se espera hasta que han terminado para hacerlo. Tal es su actitud hacia el pan.

 

Puede decirse que esta actitud del pueblo hacia el pan es esencialmente religiosa. Todo acerca del pan, desde que se siembra la semilla basta que se amasan las tortas es hecho en el nombre de Dios. Los orientales sienten la importancia de la petición en la Oración del Señor: "Danos hoy nuestro pan cotidiano" (Mat. 6:11) - Es a los hombres que realmente aprecian el valor del pan, a quienes primero les dijo Jesús "Yo soy el pan de vida" (Jn. 6:35). Como ésta es la actitud sagrada del pueblo en relación al pan de vida, de allí que del Oriente viene la costumbre universal de partir el pan y no de cortarlo. Una persona que ha vivido en Palestina dice acerca de los nativos del país: "Ellos nunca usan el cuchillo para cortar el pan, y piensan que es absolutamente malvado el cortar el pan, sino que siempre deben partirlo con sus dedos". El cortar el pan, se piensa que es como cortarse la vida uno mismo. La costumbre de partir el pan en vez de cortarlo, se encuentra a través de las Escrituras.

 

En Lamentaciones 4:4 leemos: "Los chiquitos pidieron pan, y no hubo quien se lo partiese". He allí la expresión de "partir el pan" vino a ser el tomar de una comida todo lo que ésta incluyere. Porque Cristo partió el pan cuando instituyó la ordenanza de la Cena del Señor, la expresión vino a referirse a la ordenanza (Mat. 26:26). "Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos". Así leemos en Hech. 20:7 "Y el primer día de la semana, juntos los discípulos a partir el pan, Pablo les enseñaba". Clases de Pan que se usaban. Dos clases de pan se usaban en los días en que los eventos bíblicos tuvieron lugar: pan de trigo, y pan de cebada. Ambos se usan aún en Palestina. Hay entre ellos la siguiente distinción: el pan de cebada es usado por las clases pobres, siendo que sí una familia podía adquirir pan de trigo se consideraba haber llegado a un buen lugar en la escala social. Tanto en los días del Antiguo Testamento, como en los del Nuevo, había la misma distinción. Cuando el "pan de cebada que rodaba hasta el campo de Madián" en el sueño del soldado madianita (Jueces 7:13), era una indicación de que el enemigo despreciaba a Israel, como la gente más favorecida que comiendo el pan de trigo despreciaba al que comía pan de cebada, y así Dios iba a usar a los despreciados israelitas del ejército de Gedeón para vencer a los orgullosos madianitas. El joven que tenía cinco panes de cebada y los dio a Jesús, y vio que se multiplicaban para alimentar a cinco mil gentes (Jn. 6:9), debe haber pertenecido a la clase más pobre, pero su contribución humilde hizo posible aquel milagro, y la multitud quedó satisfecha con esa clase de pan. Forma de los panes.

 

En la Tierra Santa, donde prevalecen las viejas costumbres, el pan se elabora en tres formas. Primero, hay los panes pequeños que algunas veces se parecen a los biscuits de Norteamérica. Esta es la clase de pan que el joven tenía y los dio a Jesús. Segundo, hay panes más grandes, casi tan pesados como los panes de Occidente, pero redondos en vez de rectangulares. Los Díez panes que Isaí envió con David al campo de Israel, eran probablemente de esta forma (1 Sam. 17:17). Tercero, hay los panes delgados como papel. Estos son semejantes a los hojaldres americanos, sólo que más grandes, redondos y muy delgados. Algo más delgado que la tortilla, pero empleada en forma semejante. Cuando le sirvieron estos panes a un occidental, éste pensó que eran servilletas y principió a usarlos como tales. Esta clase de pan se usa en lugar de los cubiertos que usan los occidentales.

 

Los orientales hacen con ese pan, cuchara - usándola para sopear los alimentos y las salsas. Este pan es bastante flexible, y los hombres lo doblan y lo ponen en su bolsa o morral, llevándolo con ellos, para comerlo cuando lo necesitan. Cocimiento del pan. El método más primitivo para cocer el pan era el de poner los panes sobre piedras calientes. Un ejemplo escritural de esto es la experiencia de Elías (1 Reyes 19:6) "He aquí' asa cabecera una torta cocida sobre las ascuas". Otro método sencillo de cocerlo, es cavar en la tierra un hoyo de un metro y medio de profundidad, y de un metro de diámetro. Después de calentar esta especie de horno, la masa se extiende hasta quedar del grueso de un centímetro, entonces se golpea sobre las paredes del horno donde instantáneamente se cuece. Algunas veces se usa como horno un gran cántaro de piedra.

 

En el fondo de éste se hace un fuego entre algunos pedernales, los cuales retienen el calor. La masa se pone sobre ellos y rápidamente se cuece. Otras veces la masa se extiende hasta quedar muy delgada poniéndose en la parte exterior del cántaro caliente donde se cuece. Piensan muchas personas que fue este horno-cántaro al que se encuentra en Lev. 2:4, donde dos clases de pan sin levadura tenían que cocerse Los panes de harina fina se cocían dentro del horno-cántaro, y obleas se cocían sobre el exterior de él. Otro tipo de horno sencillo es una grande vasija de tierra, en que se pone el combustible, y cuando ya la vasija está caliente, panes se ponen sobre el exterior de ella para cocerlos. En los tiempos bíblicos, cuando el pan se cocía individualmente por cada familia, algunos métodos como los ya descritos fueron probablemente usados en los hogares judíos. Con frecuencia y en la actualidad, como en los días de las das Escrituras, el pan se cocía ya en horno semi-público, o en horno de un panadero público. Hay pueblos que tienen varios de tos hornos. El tipo de estos hornos consiste en un tubo grande tierra, de como un metro de diámetro, y de uno y medio de largo Se hunde en la tierra en medio de la barraca.

 

Las mujeres se turnan para cocer su pan. El combustible se arroja dentro del tubo, y cuan do éste se calienta con el fuego, y oleadas de humo y lenguas de fuego salen del pozo, la barraca, sin chimenea, principia a aparecer como un cráter activo. Malaquías debe haber visto un horno semejante, cuando escribió las siguientes palabras, "He aquí, Viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los hacen maldad, serán estopa" (Mal. 4:1). Otro tipo de horno oriental es una bóveda larga hecha de piedra parecida a una media caldera de ferrocarril con pavimento de piedra, hacia la mitad, y una tira larga y angosta a cada lado para leña. Todas las noches se saca la ceniza, y con mucha frecuencia los niños de las familias pobres traen un pedazo de hojalata, para llevar en ella a sus casas algunas de las brazas del fuego con las que encienden la lumbre en su casa para hacer la cena. Oseas hace mención de "horno encendido por el hornero" (Oseas 7:4) - Esto indica que algunas gentes traen su pan al hornero para que se los cueza. La ciudad de Jerusalén tenía su calle de los panaderos en tiempo de Jeremías (Jer. 37:21).

 

VERDURAS: Las dos clases de verduras usadas en tiempos bíblicos eran las habas y la lenteja. El profeta Ezequiel menciona ambas en un versículo (Ezeq. 4:9).

 

Las habas se incluyeron en los artículos alimenticios que los amigos de David le trajeron cuando él iba huyendo de Jerusalén, por causa de la rebelión de Absalón (2 5am. 17:28) - El caso bíblico más notorio del uso de la lenteja fue, por supuesto, cuando Esaú vendió su primogenitura por un plato de lentejas con pan (Gen. 25:33 y 34). El Dr. Thompson dice haber sido invitado a una comida de lenteja encontrándola muy sabrosa con su "fragancia apetitosa y con mi gusto substancioso, que para un hambriento ha de haber sido mucha tentación". Al comer este platillo, el Dr. Thompson hizo lo que los que lo hospedaban hacían, doblando una parte del pan para que le sirviese de cuchara, sumergiéndola luego en el plato. El cree que Esaú sin duda usó la misma clase de cuchara de pan al comerse el potaje de lenteja. La dieta de los israelitas en Egipto incluía las siguientes verduras: puerros, cebollas y ajos (Núm. 11:15) - En Palestina probablemente se usaron la mayoría de ellos.

 

El profeta Isaías menciona "el jardín de pepinos" (Isa. 1:8). También se usaban los guajes como lo sugieren los pasajes bíblicos (Jonás 4:6-10; 2 Reyes 4:39). Las legumbres que deseaban Daniel y sus compañeros para su comida cuando estaban presos, eran probablemente verduras (Dan 1:12). La palabra quería decir originalmente "algo que se siembra" lo que incluía semillas comestibles que se cocinan, tales como lentejas, babas, chícharos, etc. Era una dieta sencilla de verduras que ellos deseaban en vez del alimento rico y bien sazonado de la mesa del rey.

 

PRODUCTOS LACTEOS: Leche. En los tiempos bíblicos se consideraba a la leche, no sólo como algo que se añadía al alimento al cocinarlo, sino que se consideraba como un alimento substancioso en todas las edades, los niños eran alimentados con la leche materna (Isa. 28:4) - No sólo usaban la leche de vaca los hebreos, sino también la de la oveja (Deut. 32:14), leche de cabra (Prov. 27:27), y sin duda también la de camella (Gen. 32:15).

 

A la Tierra Prometida se le llamaba también "tierra que fluye leche y miel" (Ex. 3:8; 13:5; Josué 5:6; Jer. 11:5). Lo anterior indica que las tierras de pasto producían leche en abundancia. La forma de leche que continuamente usan los árabes, actualmente le llaman con una palabra leben que quiere decir "blanco -algo semejante a lo que nosotros llamamos "requesón". Para prepararlo ponen leche en una sopera agregándole fermento, el que principia a trabajar. La cubren con un lienzo caliente, y luego que reposa por espacio de un día. Entonces está listo para servirlo. A los árabes les gusta mucho. Ellos dicen de él que "hace que un hombre enfermo se vuelva sano". Si tienen dinero sólo para un plato, lo regular lo toman. Es casi seguro que Abrahán dio de esta leche a sus huéspedes (Gen. 18:8), y también Jael dio de ella a (Jue. 4:19; 5:25). Mantequilla. Generalmente están de acuerdo los eruditos de Biblia, que en la mayoría de los casos en que la palabra "mantequilla" aparece en nuestra traducción, no quiere decir la clase de mantequilla conocida por los occidentales, sino más bien la palabra "requesón".

 

Hay dos pasajes que se refieren a la mantequilla, pero ellos lo hacen en forma diferente de la usada por aquellas gentes que viven fuera de las tierras de Oriente. El primer pasaje que menciona la "mantequilla de vaca" (Deut. 32:14), el segundo pasaje se refiere al proceso de hacer la mantequilla, "el que exprime la leche sacará manteca" (Prov. 30:33). El método usado en el tiempo de Biblia es sin duda alguna el mismo que usan los árabes el día de de hoy. El Dr. Thompson al describir el proceso del que resulta la mantequilla, lo hace en la forma siguiente: ¿Qué están batiendo y sacudiendo esas mujeres con tanto celo en esa grande bolsa suspendida en ese tripié? Realmente es una botella y no una bolsa, hecha de la piel de un pequeño búfalo. Está llena de leche y esa es la manera de batirla. Cuando la mantequilla está hecha, la sacan y la hierven, poniéndola luego en bolsas de cuero de cabra. En invierno parece miel, en verano parece aceite. Esa es la única clase de mantequilla que tienen en ese país".

 

En lo concerniente al pasaje de Proverbios 30:33, que dice: "Ciertamente el que exprime la leche sacará manteca; y el que recio se suena las narices, sacará sangre", el Dr. Thompson señala el hecho de que la palabra "batir" y la palabra "sonar" son la misma en hebreo. El dice: "Es el batir la leche que hace la mantequilla, en la misma forma en que las mujeres aprietan y baten la leche en esa bolsa de cuero. No existe ninguna analogía entre el batir la leche y el sonar la nariz hasta que sale la sangre, pero en la operación de los nativos la comparación es casi natural y enfática". Suero de Manteca. No se menciona en la Biblia, pero sin duda que se usaba, porque ya se ha mencionado el proceso de batir, como queda referido. Queso. A los árabes de Palestina les gusta mucho el queso. Siempre lo llevan consigo. Su queso es parecido a las rebanadas que se usan en el Occidente, sólo que más gruesas y más grandes, son tan gruesas como la mano de un hombre. Se encuentran apiladas en los mercados.

 

El padre de David le dio diez quesos para llevarlos al capitán del ejército (1 Sam. 17:18). Al rey David también le regaló algunos quesos Barsillai (2 5am. 17:29). Carne: cuándo se come carne, y de que clase. Por regla general los caracteres bíblicos, como los orientales en los tiempos modernos, no comen carne sino en ocasiones especiales. Se servía carne sólo cuando se bacía una fiesta o se recibía a un huésped. Los ricos y reyes siempre disfrutaban de ella. La provisión diaria de carne de casa del rey Salomón se da en las Escrituras. Para el menú del se mencionan cuatro clases de carnes: carne de vaca, carne de carnero, carne de caza, y carne de aves (1 Reyes 4:23). Abrahán sirvió carne de ternera a sus huéspedes (Gen. 18:7). Al huésped de Gedeón se le proveyó de un cabrito (Jue. 6:19) - El pescado era un artículo muy usado como alimento en las costas de mar de Galilea, en los día de Jesús. Cristo se refirió al pescado cuando habló del hijo que pide a su padre un pez (Luc. 11:11). La Escritura implica que los moradores de las costas vivían casi siempre alimentados de pescado. Cómo se guisaba la carne. El método de preparar la carne ha sido descrito así: "Asarla en arador es quizá el método más antiguo de cocinar carne, y es menos común entre los israelitas que hervida, solo los ricos y las clases acomodadas usan la carne azada, como es costumbre el Oriente". Cuando el pueblo traía las ofrendas, los sirvientes de los hijos de Elí le decían: "Da carne que ase para el sacerdote, porque no tomará de tí carne cocida, sino cruda" (1 5am. 2:15). Cuando la carne cocida estaba lista para servirse, se dividía pequeños pedazos, y se preparaba un caldo para servirlo con ella preparado con verduras. Este caldo se usaba en días de Gedeón de Isaías.

 

HUEVOS: Entre el tiempo de Elías y el tiempo de Cristo, se introdujeron las aves domésticas y el uso diario de los huevos en Palestina. En Antiguo Testamento hay algunas referencias a lo que pudiera ser el huevo de una gallina, y ésta se encuentra en el libro de Job "¿Habrá gusto en la clara del huevo?" Pero, en el texto amerita ser revisado se traduce así: "¿Habrá gusto en el jugo de la verdolaga?" Es dudoso que se refiera a un huevo. Pero sabemos que el uso del huevo entre los galileos en derredor del lago, era muy común en tiempos de Cristo, porque Jesús habla de un hijo que pide un huevo a su padre (Luc. 11:12).

 

MIEL: Dios prometió a Israel "una tierra que fluye leche y miel" (Ex. 3:8; 13:5; Josué 5:6; Jer. 11:15). Las innumerables referencias a la miel o al panal en la Palabra de Dios, son pruebas de que en Palestina abundaban los productos de las abejas. Sin duda que los judíos cuidaban las abejas para que produjeran miel. Así muchas de las citas bíblicas indican que la miel silvestre era muy común.

 

Los lugares favoritos para cazar las abejas eran las cavidades de los árboles, en donde Jonatán descubrió algo de miel y comió de ella (1 Sam. 14:25-27), en los agujeros de las rocas, de donde con frecuencia era extraída (Sal. 81:16); y algunas veces en los cuerpos secos de los animales, como cuando Sansón comió del cuerpo de un león muerto por él (Jue. 14:8, 9). Los libros poéticos de la Biblia hebrea abundan en comparaciones de la miel. Los juicios de la Palabra de Dios son comparados a ella (Sal. 19:10). Palabras placenteras semejantes a ella (Prov. 16:24), y las novias en los Cantares de Salomón hablan de la miel (Cant. 4:11; 5:1).

 

En los tiempos del Nuevo Testamento Juan el Bautista se alimentaba con langostas y miel silvestre allá en el desierto (Mat. 3:4). Y cuando Jesús quiso probar a sus discípulos que su cuerpo resucitado era un cuerpo real, pidió alimento y le dieron parte de un pescado asado, con miel (Luc. 24:41-43). El Dr. Thompson relata que "en las grietas de un precipicio sobresaliente en Wady el Kurn los enjambres de abejas han hecho su hogar. Se bajó a un hombre con cuerdas sobre las rocas, bien protegido de un ataque de las abejas, y pudo extraer una gran cantidad de miel. Este incidente es reminiscente de la expresión de Moisés en su canto de despedida: "E hizo que chupase miel de la peña" (Deut. 32:13).

 

FRUTAS: Olivas y aceite de oliva. La oliva se usa mucho en escabeche pero la mayor parte de la cosecha se usa para fabricar el aceite de oliva. En el Oriente, el aceite de oliva toma el lugar de la mantequilla, y es usado para cocinar. Un examen de las Escrituras indicará lo importante que era un alimento cocinado con aceite de oliva. La viuda que alimentó a Elías le dijo: "Que no tengo ni un pan cocido, que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y poco de aceite en una botija" (1 Reyes 17:12). Ella había dependido grandemente en el pan y aceite para su alimento, pero la existencia de ambos estaba terminándose. El milagro de Elías hizo multiplicación del sustento "Y la tinaja de la harina no escasearan no menguó la botija del aceite, conforme a la palabra de Jehová que había dicho por Elías" (1 Reyes 17:16). La ofrenda de grano de la ley mosaica requería harina fina sin levadura, mezclada con aceite, azada en un sartén (Lev. 2:5). Y el profeta Ezequiel, al relatar a Jerusalén todas las bendiciones anteriores de Jehová, le decía: "Comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite" (Ezeq. 16:13). Higos.

 

En los tiempos del Antiguo Testamento esta fruta muy común, especialmente se usaban los higos secos. Abigail llevó doscientas pastas de higos a David (1 Sam. 25:18). Una pasta de higos también le fue dada al egipcio para revivirlo (1 Sam. 30:12). A David también le llevaron pasitas de higo cuando estaba en hebrón, en tiempos del gran regocijo (1 Cron. 12:40). Uvas y pasas. Durante los meses de septiembre y octubre, primeras uvas maduras se comen con pan como uno de los principales alimentos. Deben haberse cosechado muy buenas uvas en Canaán porque dos de los espías trajeron grandes racimos de uvas llevando dos en un palo, los que encontraron en el Valle de Escol (Núm. 13:24). Cuando los judíos vivieron en Palestina, las pasas eran de gran consumo. Abigail dio a David cien hilos de pasas (1 Sam. 25:18). También le fueron traídas a David pasas cuando estaba en Hebrón (1 Cron. 12:40, y otra vez cuando huía de Absalón, recibió gran cantidad de ellas (2 Sam. 16:1). Granadas. Hay en la tierra de Palestina algunas variedades de granadas dulces y amargas.

 

El jugo de la variedad de granadas amargas se usa en lugar de los limones cuando éstos están escasos. La granada era grandemente estimada como fruta en los primitivos tiempos bíblicos, pues fue mencionada por Moisés como una de las excelencias de la Tierra Prometida (Deut. 8:8). El Cantar de los Cantares hace mención de los frutos del granado, de árboles, y de vino adobado con su jugo (Cant. 4:13, 6.11, 7.12, 8.2).

 

 

 

5. Cenas y Banquetes Especiales

 

Ya que el menú diario de la comida oriental es y siempre ha sido sencillo, necesitamos decir algo acerca de aquellas ocasiones especiales cuando una mejor y costosa comida se tiene que servir. La Escritura abunda en relatos de estas ocasiones formales, tales como casamientos, cumpleaños, y otras ocasiones cuando huéspedes distinguidos son invitados y se sirve una comida magnífica.

 

INVITACIONES PARA BANQUETES

 

En algunas partes de Oriente la costumbre de invitaciones dobles a un agasajo se ha observado, algún tiempo antes de verificar la fiesta, se envía una invitación; y luego, cuando se acerca la fecha, se envía un sirviente, esta vez para anunciar que todo está listo. Hay algunos ejemplos de esta costumbre en la Biblia. El rey Asuero y Amán fueron invitados por Esther a una fiesta, y cuando todo estuvo preparado los chambelanes del rey fueron a traer a Amán (Esther 5:8; 6:14). Otro ejemplo tenemos en la parábola del casamiento del hijo del rey: "El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo bodas para su hijo, y envió sus siervos para que llamasen a los llamados a las bodas" (Mat. 22:2, 3) También parábola de la gran cena tiene esta doble invitación: "Un hombre hizo una grande cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que está todo preparado" (Luc. 14:16, 17).

 

SE OBLIGA A LOS HUESPEDES A VENIR

 

Las palabras de Cristo, deben entenderse desde un punto vista oriental, cuando se refiere a la parábola: "Y dijo el señor a su siervo: Ve por los caminos y por los vallados y fuérzalos a entrar para que se llene mi casa" (Luc. 14:23). Una breve y concisa invitación estilo americana y la pronta aceptación de ella se consideraría en Oriente, como poco digna. En Oriente el invitado no debe aceptar de inmediato, sino que se espera de él que rechace la invitación. Deben urgirle a que acepte, aunque él desde el principio haya pensado aceptar, debe conceder a la persona que lo invita privilegio de que "le compela a aceptar". Fue así seguramente Lidia como debe haber hecho, y Pablo y sus compañeros deben haber aceptado la invitación de su hospitalidad. "Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y nos constriñó" (Hech. 16:15). Cuando uno de los fariseos invitó a Jesús a su casa a comer, el Salvador no aceptó de inmediato la invitación, aunque finalmente fue: "Y le rogó uno de los fariseos, que comiese con él" (Luc. 7:36). Todo esto era guardar las costumbres orientales.

 

POR QUE LA EXCLUSION DE UNA FIESTA ERA CONSIDERADA COSA TERRIBLE

 

Los banquetes antiguos se celebraban por lo regular por las noches, y en habitaciones brillantemente iluminadas, y cualquiera persona a quien se excluía de la fiesta, se decía de ella "que había sido arrojada de la luz a las tinieblas de afuera" en la noche. En las enseñanzas de Jesús, tal expresión venía a ser semejante al día del juicio. "Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera" (Mat. 8:12) - "Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera" (Mat. 22:13). "Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mat. 25:30). La expresión de "las tinieblas de afuera" toma un nuevo significado, cuando se piensa en el miedo que los orientales tienen a la oscuridad de la noche. En Oriente la lámpara se mantiene encendida toda la noche. El dormir en la oscuridad como los occidentales hacen, viene a ser una experiencia terrible para los orientales. Por causa de este miedo a la oscuridad, el Señor no podía haber escogido palabras más apropiadas que "las tinieblas de afuera" para representar el castigo futuro para los injustos.

 

POSTURA AL COMER EN LAS FIESTAS

 

Como ya hemos observado, en ocasiones ordinarias la gente de los tiempos bíblicos se sentaba o se agachaba en el suelo en derredor de una mesa baja a la hora de la comida. En círculos reales o en ceremonias especiales, se proveía de asiento a los comensales algunas veces. El profeta Amós fue el primer escritor sagrado que se refirió a la costumbre de tenderse "sobre sus lechos", al comer (Amós 6:4). Para el tiempo de Cristo, ya la costumbre romana de reclinarse sobre las butacas a la hora de la cena había sido aceptada en algunos círculos judíos. A la mesa romana y los canapés combinados, se les llamó triclinios. Había tres canapés que eran colocados a los lados de un cuadro; el cuarto lado quedaba abierto, que la servidumbre pudiera entrar a atender a los comensales, posición del huésped era reclinando la parte superior del fue descansando sobre el brazo izquierdo, con la cabeza levantada, y almohadón a la espalda, y la parte inferior del huésped tendiendo hacia afuera. La cabeza del segundo huésped quedaba opuesta pecho del primer huésped, de manera que si él deseaba hablarle secreto sólo tenía que inclinarse sobre su pecho. Esta costumbre en la mesa del banquete, arroja luz sobre tos pasajes de los cuatro Evangelios. En una ocasión el apóstol hizo una pregunta a Jesús cuando estaban en esta posición en cena. (Jn. 13:23-25). En la historia del Rico y Lázaro, cuando dijo: "Que murió el mendigo y fue llevado por los ángeles al de Abraham" (Luc. 16:22), sin duda que quiso implicar que él reclinaba sobre su pecho. Esto es muy claro a luz de la descripción hecha por Cristo de la fiesta celestial: "Y vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, e Isaac, y Jacob el reino de los cielos" (Mat. 8:11). También la posición de reclinarse en la mesa indica cómo las mujeres podían venir y lavar durante la comida los pies de Jesús (Luc. 7:38).

 

LUGARES DE HONOR EN LA MESA

 

Cuando los fariseos eran invitados a un banquete, siempre codiciaban los lugares de más alta distinción en la mesa. Jesús les condenaba por su orgullo. Refiriéndose a ellos dijo: "Que. . . aman primeros asientos en las cenas" (Mat. 23:6). Cuando Jesús fue huésped en la comida del fariseo, dijo a los demás huéspedes una parábola, al notar cómo los fariseos buscaban los mejores lugares mesa. Aquí damos la parábola habiéndola traducido el Sr. Robertson del Evangelio de Lucas (Luc. 14:8.10). "Cuando por alguien fueres invitado a la fiesta de una boda, no te reclines en el puesto de honor, no sea que otro más honrado que tú esté por él convidado; y que el que te llamó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comenzarás con vergüenza a tomar y quedarse en el último lugar. Mas cuando fueres convidado, ve, y, reclínate en el postrer lugar, de manera que cuando viniere el que te invitó, te dirá; amigo, sube más arriba. Entonces tendrás honra delante de todos los que fueron convidados contigo". En muchos hogares de nativos, un cuarto tiene el piso más alto, siendo en este cuarto donde a los invitados de honor se les asignan lugares, y a los menos honrados en el piso de más bajo nivel. El lugar de honor especial sería a la derecha del patrón, y el siguiente que le sigue en categoría será el de su izquierda. Santiago y Juan solicitaron esos lugares en el reino de Cristo (Marc. 10:35-37). Pero Jesús aconseja a los huéspedes tomar el último lugar. ¿Dónde quedaba colocado ese lugar? Era en el piso de nivel bajo y muy cerca de la puerta. El huésped que tomaba ese lugar humilde, podía ser invitado por el dueño de la casa a tomar un mejor lugar y lejos de la Puerta.

 

ALIMENTO Y AGASAJO EN LOS BANQUETES

 

El profeta Amós, no obstante haber denunciado la glotonería a excesos pecaminosos, nos ha dado la descripción de la comida, bebida y otras costumbres orientales en los banquetes. Así lo describe él: "Duermen en camas de marfil. . . y comen los corderos del rebaño, y los becerros de en medio del engordadero; gorjean al de la flauta e inventan instrumentos músicos, como David; beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos" ( 6:4-6). En la carne que se come en estas cenas, se incluyen los mejores corderos del rebaño y los becerros engordados. El vino en las fiestas se consideraba como algo de lo más importante. El tocar en instrumentos de cuerda era otra actividad, y los huéspedes evidentemente competían unos con otros al ungirse los cuerpos con los mejores ungüentos. El baile era otra parte del entretenimiento en aquellas fiestas. Cuando el Hijo Pródigo volvió al hogar, su padre hizo fiesta, y música y baile (Luc. 15:24, 25). El baile era una diversión de las mujeres hebreas y las señoritas, especialmente cuando estaban contentas. Los hombres también participaban, como cuando danzó al traer el arca a Jerusalén (2 Sam. 6:14). Pero con frecuencia era actividad del sexo femenino (cf. Jer. 31:4). No hay ninguna referencia en la Escritura que los judíos bailaran con mujeres, como es ahora la costumbre en Occidente. Tampoco algo que indique que hubiese bailes públicos de mujeres, hay en algunos lugares de Oriente en la actualidad. El baile de la hija de Herodías (Mat. 14:6), delante de los hombres en un banquete sensual, fue la clase de baile introducido entre los judíos la influencia corrompida de los griegos.

 

MOJAR EN EL PLATO Y DAR LA SOPA

 

Debemos guardar en la mente la costumbre del comer oriental para poder entender el significado de las palabras y hechos de Jesús con relación a Judas Iscariote durante la Ultima Cena. En la narración de Marcos se lee: "Díseles Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me ha de entregar. Entonces ellos comenzaron a entristecerse y a decirle cada uno de por sí: ¿Seré yo? y otro, ¿Seré yo? Y él respondiendo les dijo: Es uno de los doce que moja conmigo en el plato" (Marc. 14:18-20). Algunas personas piensan que Judas estaba en posición de mojar al mismo tiempo con Jesús en el plato, y que por eso fue señalado como el traidor. Pero esto difícilmente pudo ser, ya que los otros discípulos no descubrieron quién era el traidor por las palabras de Jesús. Ya que todos habían estado comiendo del mismo plato grande, las palabras de Jesús "el que moja conmigo en el plato" no identificaba a ninguno de ellos; todos ellos al igual que Jesús, habían estado mojando la sopa en el plato con él. Jesús sólo les informaba que uno de ellos que comía con El vendría a ser el traidor. Cristo, al dar la sopa a Judas, lo hacía con cierta costumbre oriental que aún se observa en los tiempos modernos. Juan reporta el hecho en la forma siguiente: "El entonces recostándose sobre el pecho de Jesús, dísele: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús Aquel es, a quien yo diere el pan mojado. Y mojando el pan, se lo dio a Judas Iscariote" (Jo. 13:25, 26). ¿Qué se da a entender por "la sopa"? Es la migaja más sabrosa del pan que se sirve en una fiesta. Puede servirse en la "cuchara de pan", pero más frecuentemente lo toma él del plato con su pulgar y otro dedo, dándole directamente a uno de los huéspedes. Pero ¿por qué se da la sopa a uno de los huéspedes? Un nativo residente en las tierras bíblicas dice que ciertos pueblos allá tienen la costumbre de dar la sopa en la actualidad, y describe el acto de manera siguiente: "Para ellos es una muestra de especial respeto que el dueño de fiesta dé a los huéspedes algunas porciones de lo que tiene delante o insiste en poner bocados o sopas en sus bocas con su propia mano. Esto lo han hecho conmigo en varias ocasiones, cuando ciertamente intención era honrar y manifestar buena voluntad". El significado de lo que Cristo hizo entonces era ciertamente tender su mano y amistad al mismo que iba a traicionarlo. El se ha descrito como si Cristo dijera al traidor: "Judas, mi discípulo, te tengo piedad infinita. Tú has probado falso, tú has desertado de mi corazón; pero no te trataré como enemigo, porque no he venido a destruir, sino a cumplir. Aquí está mi sopa de amistad, y lo que haces, hazlo pronto".

 

 

 

6. Costumbres a la Hora de las Comidas

 

Los hábitos orientales en conexión con la comida, forman un decidido contraste con los hábitos occidentales, tanto que se debe tener mucho cuidado en el estudio de ellos, si es que han de ser interpretadas correctamente las muchas referencias bíblicas respecto a la comida.

 

LAVADO DE MANOS ANTES DE COMER

 

 Los orientales tienen mucho cuidado de lavar sus manos antes de la comida, y piensan que la manera de lavar sus manos los occidentales en el agua ya sucia por sus mismas manos, no es muy limpia, y es vergonzoso. El criado o quien tome su lugar, vacía el agua sobre las manos que han de lavarse, mientras éstas se mantienen sobre el lavamanos. Estos tienen una cubierta cóncava con agujeros, de manera que el agua sucia se escurre por ellos y así queda fuera de vista. La manera de comer sin cuchillos, tenedores y cucharas, hace que sea muy necesario lavarse las manos. Que esta manera de lavarse estuvo en boga en tiempos de los profetas, se demuestra de la manera como Eliseo era caracterizado por los siervos del rey "Aquí está Eliseo hijo de Saphat, que daba agua a manos a Elías" (2 Reyes 3:11). Eliseo había servido como criado a Elías, y vaciaba el agua para que su amo se lavara las manos.

 

Esto era parte importante de sus obligaciones. Cuando los fariseos decían de los discípulos de Jesús, que éstos comían sin lavarse las manos (Mat. 15:1, 2; Marc. 7:1-5), era por el largo ceremonial que tenían de lavarse las manos, y de ello hablaban. La jerarquía judía de aquellos días dio un mandamiento positivo como había de hacerse la ablución. No era pues una ley de Moisés sino una tradición de los ancianos. Jesús rehusó sancionarla como regla que debiera cumplirse. No era la costumbre de lavarse las manos antes de comer lo que Jesús objetaba, sino la autoridad que los rabíes reclamaban para orientar al pueblo exactamente sobre lo que debían hacer.

 

 POSICION QUE ASUMIAN AL COMER

 

De acuerdo con la costumbre general de los árabes la posición más usual al comer era sentarse derecho en el suelo a la mesa baja con las piernas ya sea dobladas bajo el cuerpo, o hacía atrás como si fueran a arrodillarse. Ya sea en la tienda en el desierto de los beduinos, o en la casa sencilla de un campesino, ésta debería ser posición de los que tomaban su comida. Debemos tener la seguridad que ésta era la posición de la gente en general en los días de la Biblia, en la mayoría de los casos. La excepción a esta regla es la costumbre de la gente rica, o las costumbres gentílicas en ocasiones especiales, tales como fiestas o cenas. De esto trataremos después en los capítulos posteriores. Para nosotros es fácil imaginar a Eliseo y a los hijos de los profetas comiendo en la posición oriental usual, cuando se dice, refiriéndose a ellos: "Y los hijos de los profetas estaban con el por lo que dijo a su criado: Pon una gran olla" (2 Reyes 4:38).

 

USO DE LA MESA, SILLAS Y PLATILLOS

 

En muchos casos la costumbre árabe parece indicar a los occidentales que ellos no necesitan de mesa para servir su comida. En la actualidad, una estera extendida sobre el suelo les sirve de mesa. Este es el caso especialmente en la tienda árabe. Esta es la primitiva mesa semítica de los tiempos del Antiguo Testamento, porque la palabra hebrea Shool-khawn, se traduce "mesa", y como lo indica su raíz, una estera de piel o de cuero extendida sobre el suelo. Teniendo en vista esta clase de mesas podemos entender lo que el salmista dice de sus enemigos, "que su mesa sea lazo delante ellos". Lo que quería decir David era, "que sus pies sean enlazados en ella", pues está extendida en el suelo. Si los árabes fueran a usar por mesa algo que no fuese estera, entonces usarían un banquillo poligonal de unas catorce pulgadas de altura en derredor del cual se sentarían los que participa de la comida. Sillas.

 

Con una tal mesa en uso, se notaba la falta de sillas occidentales. Con referencia al uso de sillas en los tiempos bíblicos, se ha dicho: "En ocasiones ordinarias se sientan o agachan en derredor de una mesa baja, mientras que cuando están en comidas de ceremonia, se sientan en sillas o banquillos". Las veces que la Biblia habla del uso de sillas o banquillos en las comidas, incluye a hermanos de José sentados en banquillos en el banquete de Egipto (Gen. 43:33); y de David al tener un asiento en la mesa del Saúl (I Sam. 20:5-18). Ambos casos están relacionados con realeza o alta posición. En ocasiones ordinarias la "silla" usada la mayoría de los israelitas era el suelo sobre el cual se extendía una alfombra o estera. Vasijas. En una comida oriental, los únicos platos usados son que sirven para poner el alimento en la mesa; no se ponen a cada uno que va a tomar la comida. Con frecuencia sólo hay plato para el alimento, y éste consiste en una artesa o cesta de trabajo, o un plato de cobre. Jesús habló del que le iba a entregar "El que mete la mano conmigo en el plato" (Mat. 26:23; Marc. 14:20). Al agasajar a un huésped, Gedeón puso la carne en canasta y el caldo en una olla.

 

ORANDO A LA HORA DE LAS COMIDAS

 

Antes de principiar a comer, los árabes y cada persona que los acompaña repiten ante el dueño de la casa algunas palabras de gratitud como "En el nombre de Dios", o "Alabad a Alá", o "Dios sea alabado". Lo judíos tenían el hábito, en los días del Antiguo Testamento, de orar a la hora de las comidas, y si estaba presente algún profeta, se esperaba que él lo hiciese. Con referencia a Samuel, cuando Saúl comía el sacrificio con él, decía: "él haya de bendecir el sacrificio, y después comerán los convidados" (1 Sam. 9:13). En relación con el milagro de Jesús cuando aumentó a las cinco mil personas nos dice Juan: "Y tomó Jesús aquellos panecillos, y habiendo dado gracias repartió a los discípulos" (Juan 6:11). Y en lo que respecta a la alimentación de los cuatro mil, Mateo con cuidado incluye la bendición en su historia. "Tomando los siete panes y los peces, haciendo gracias" (Mat. 15:36).

 

El Dr. Edersheim da a entender que Cristo puede haber hecho una oración de gracias extemporánea, o puede haber usado la fórmula de los judíos en su tiempo como acción de gracias por la comida. Esta es la fórmula: "Bendito tú Jehová nuestro Dios, Rey del mundo, que haces que brote el pan de la tierra", Era costumbre entre los judíos de aquellos días, hacer una segunda oración de gracias al terminar la comida. Para ello se basaban en Deuteronomio 8:10. "Y comerás' y te hartaras, y bendecirás a Jehová tu Dios, por la buena tierra que te habrá dado". Al decir estas oraciones, era costumbre que los huéspedes lo hicieran en voz alta, y el resto decía, Amén, o repetían algunas palabras de la oración.

 

USO DE LA MANO EN VEZ DEL CUCHILLO, TENEDOR O CUCHARA

 

Puede decirse en general, que los árabes cuando comen no usan cuchillos, tenedores, cucharas, platos ni servilletas, cosa considerada como esencial para los occidentales. Pues dicen: "¿Para qué necesita el hombre una cuchara cuando Dios le ha dado tantos dedos?" Panes tan gruesos como una gruesa flanera, hacen la vez de cucharas, hasta cierto punto.

 

Un pedazo de este pan se dobla en forma permita poner en él algo de alimento. Usan el pan para sacar el líquido de cualquier plato, tal como sopa, salsa o jugos. Todo pedazo de pan que así se usa, se come el alimento que contiene. Usualmente se sirve la carne en un plato grande y sencillo, y comen tomándolo con los dedos. El caldo se sirve en un plato separado y se usa para humedecer el pan. Este método de comer es limpio, como se puede suponer. La invitación hecha por Booz a Ruth para comer con sus trabajadores, indica que esta misma costumbre se usaba en aquellos días: "Y Booz le dijo a la hora de comer: Allégate aquí, y come del y moja tu bocado en el vinagre" (Ruth 2:14). En la Ultima Cena Jesús dijo a sus discípulos, "El que mete la mano conmigo en el plato, ése me ha de entregar" (Mat. 26:23) Aun más, él habló de meter cierto pedazo de la comida llamada pan mojado" en el plato (Juan 13:26).

 

En la sección en que habla de cenas y banquetes diremos algo más acerca de este asunto. Baste decir, que la mayoría de las costumbres orientales actualmente se refieren a la comida de antaño, no sólo en los días de nuestro Salvador, sino en la era del Antiguo Testamento.

 

LAVARSE DESPUES DE COMER

 

Después de una comida típica oriental, el lavarse las manos es sentido esencial. Si hay algún sirviente, él es el que trae la del agua y la jofaina, poniendo el agua sobre las manos de los participaron de la comida. Sobre los hombros, el sirviente se una toalla para que se sequen las manos. Se hace esto entre cuando no hay sirviente que lo haga. Que esto de derramar él en las manos se usó en tiempos antiguos, ya se ha visto al tratar lo concerniente a lavarse las manos antes de comer.

 

 

 

7. Costumbres Matrimoniales

 

LA POLIGAMIA EN LOS TIEMPOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

 

La ley mosaica permitía la poligamia entre el pueblo hebreo. Las esposas tenían cierta protección contra abusos, y había varios reglamentos en atención a esos matrimonios. Había entre los israelitas una tendencia muy marcada hacia la monogamia. Sin duda la razón principal para esto era que la costumbre de tener más de una esposa era muy costosa para la mayoría del pueblo. La ley prohibía la multiplicidad de esposas en los reyes de Israel (Deut. 17:17). La causa de la mucha dificultad en las vidas de David y Salomón fue por seguir el ejemplo de los reyes paganos de sus tiempos de tomar muchas esposas, y especialmente esposas paganas, en lugar de obedecer la ley de Dios. La influencia del Antiguo Testamento en favor de la monogamia, se ve de dos maneras. Primero, se pintaban cuadros de hogares desgraciados por causa de haber más de una esposa en él. Difícilmente entre las esposas rivales, como en el caso de Lea y Raquel (Gen. 30) y también Ana y Penina (1 Sam. 1:1-6) arguye fuertemente en favor de la monogamia. Segundo, la monogamia entre religiosos y de ciertos caracteres sobresalientes nos da el eje recto para el pueblo en general. Hombres como Adán, Noé, José, Moisés y Job, tuvieron sólo una esposa. También el sumo sacerdote (Lev. 21:14) y los profetas fueron, hasta donde sabemos, monógamos.

 

DIVORCIO EN LOS TIEMPOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

 

Por centurias ha sido posible para un marido en tierras árabes divorciarse de su esposa, solamente por la palabra hablada. La esposa así divorciada tiene derecho a todos sus vestidos, y el marido no puede quitarle nada de lo que ella lleve puesta sobre su persona. Por esta razón, las monedas, su cofia, sus anillos y collares vienen a ser una riqueza importante en la hora de gran necesidad de la divorciada. Esta es una razón por la que hay tanto interés en el adorno personal de la novia en los países orientales. Estas costumbres de divorcio sin duda prevalecían en las tierras gentilicias en tiempos del Antiguo Testamento. Fue por esta razón que la ley de Moisés limitaba el poder del marido para divorciarse de su esposa, pues debía darle una Acta de Divorcio escrita (Deut.24:1). La costumbre judía del divorcio es superior a la arábica. Es importante recordar que el pecado de adulterio no tenía nada que ver con el asunto del divorcio bajo la ley judía. Ese pecado castigado con la muerte (Lev. 20:10, Deut. 22:22), por apedreamiento, Si un esposo encontraba algo indecente en su esposa, podía darle una carta escrita de divorcio, lo que hacía posible que se casara con otro hombre (Deut. 24:2). Un hombre culpado infidelidad era considerado como un criminal sólo cuando había invadido los derechos de otro hombre. A una mujer no se le permitía divorciarse de su marido. El profeta Malaquías enseña que Dios aborrece el divorcio y condena severamente a un hombre cualquiera que obró traicioneramente con la mujer de su pacto (Mal. 2:14.16). Tal fue la actitud del pueblo hebreo en el asunto del divorcio. El Señor Jesús quitó todas las causas del divorcio bajo la ley, e hizo la infidelidad la única causa para el divorcio bajo la dispensación cristiana (Mat. 5:31, 32).

 

ESCOGER LA ESPOSA ES PRERROGATIVA DE LOS PADRES

 

Es bien sabido que en el Oriente, los padres de un joven seleccionan la novia para él. Esta costumbre se remonta hasta los tiempos del Antiguo Testamento. Cuando Esaú se casó contra los deseos dc sus padres, les causó una gran amargura de espíritu (Gen. 26:34, 35). Razones para este privilegio paternal. ¿Por qué los padres han insistido en el derecho de seleccionar las novias para sus hijos? Porque la novia tenía que venir a ser un miembro del clan del novio, y por eso toda la familia estaba interesada en saber si ella convendría o no. Hay evidencia de que al menos el hijo o la hija debían ser consultados. A Rebeca se le preguntó si deseaba ir para ser la esposa de Isaac (Gen. 24:58). Pero los padres sentían que ellos tenían derecho para hacer la elección. Amor después del matrimonio. Los orientales ven el amor entre marido y esposa casi de la misma manera que los occidentales ven el amor entre hermano y hermana. Está indicado que el padre debe amar a cada uno porque Dios los escogió el uno para el otro. Los orientales dirán que el marido y la esposa se aman porque Dios por medio de los padres los seleccionó el uno para el otro. En otras palabras, la idea común oriental es que el amor viene después del matrimonio. Cuando Isaac y Rebeca se unieron en matrimonio, nunca se habían visto antes. Y el Libro Sagrado nos dice que Isaac la introdujo en "la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y la amó" (Gen. 24:67). Amor antes del matrimonio. Aun cuando es cierto que la mayor parte de las parejas orientales no tienen oportunidad para amarse antes del matrimonio, la Biblia da algunos ejemplos de esa clase de amor, que vale la pena tomarlos en cuenta. El caso de Jacob y Raquel es la ilustración más notable de ello. Este fue amor a primera vista (Gen. 29:10-18). El Génesis describe su amor por ella con estas memorables palabras: "Así sirvió Jacob por Raquel siete años: y le parecieron como pocos días, porque la amaba" (Gen. 29:20). Otro ejemplo de amor antes del matrimonio es el de Sansón que amó Timnah una mujer de las hijas de los filisteos" (Jue. 14:2), y Michal, la hija de Saúl, que amó a David, y después llegó a ser su esposa (1 Sam. 18:20).

 

LLEVANDO AL CABO LAS NEGOCIACIONES PARA OBTENER LA ESPOSA

 

Las costumbres árabes en ciertas regiones de las tierras cuando inician las negociaciones para asegurar la novia para su hijo, ilustra en muchos respectos las prácticas bíblicas. Si un joven tiene los medios suficientes para proveer una dote matrimonial, entonces sus padres escogen la joven y se da principio a las negociaciones. El padre llama a un hombre que actúa como agente para él y su hijo. El agente es llamado "el amigo del esposo" por Juan el Bautista (Jn. 3:29). Este hombre está perfectamente informado respeto de la dote que el joven puede pagar por su novia. Entonces junto con el padre del joven o algún otro hombre pariente, o de ambos, va al hogar de la novia. El padre anuncia que su agente hablará de parte de ellos, y luego el padre de la novia designará otro agente represente. Antes de empezar las negociaciones, se ofrece a los visitantes una taza de café, pero ellos rehúsan tomarlo hasta que su misión esté terminada. Así el siervo de Abrahán cuando se le ofreció alimento por los padres de Rebeca, dijo: "No comeré hasta que haya dicho mi mensaje" (Gen. 24:33). Cuando los dos agentes se encuentran, y las negociaciones dan principio en serio, deben consentir en la mano de la joven y deben ponerse de acuerdo sobre la cantidad de la dote que debe el joven pagar por la novia. Cuando ha habido acuerdo en esto, los agentes se levantan y cambian congratulaciones. Entonces se trae el café, y todos beben de él como un sello del convenio en que han entrado.

 

LA DOTE MATRIMONIAL

 

Razón de la dote para la familia de la novia. En el Oriente, cuando los padres de la novia dan a su hija en matrimonio, están ciertamente disminuyendo la eficiencia de la familia. A menudo las hijas solteras atienden el ganado de sus padres (Ex. 2:16), o trabajan en el campo, o prestan su ayuda de otra maneras. Así, sobre el matrimonio, se pensará de una joven que está aumentando la eficiencia de la familia de su esposo y disminuyendo la de sus padres. De allí que un joven que espera tomar posesión de la hija debe estar en condiciones de ofrecer alguna compensación adecuada. Tal compensación sería la dote del matrimonio. No siempre se requería que la dote se pagase al contado; podía pagarse con servicios. Como Jacob no pudo pagar de contado, dijo: "Te serviré siete años por Raquel" (Gen. 29:18). El rey Saúl requería la vida de cien filisteos como dote para que filisteos como dote para que David asegurara a Mical como su esposa (1 Sam. 1S:25). Razón de la dote para la novia. Era una costumbre establecida que al menos algo del precio de la dote sería dado a la novia. Esto era además de cualquiera otra dadiva personal de los padres a la novia. Lea y Raquel se quejaron acerca de la mezquindad de su padre Laban. Acerca de ello dijeron: "El nos vendió; y aun se ha comido del todo nuestro precio" (Gen. 31:15). Labán disfrutó del beneficio de los catorce años de trabajo de Jacob, sin hacer la debida compensación al menos por parte de ello como una dádiva para y Raquel. Como una esposa divorciada en el Oriente tiene derecho a su guardarropa, es por esta razón que mucho de la dote personal consiste de monedas, su cofia, o joyas de su persona. Esto viene a ser una riqueza para ella en caso de que su matrimonio termine en fracaso. Es por esto que la dote es muy importante para la novia y se pone sobre esto tal énfasis en las negociaciones que precede al matrimonio para sacar la mayor ventaja. La mujer que tenía dracmas y perdió una, se acongojó de tal manera por la pérdida pues que la dracma era sin duda parte de la dote de su matrimonio. (Luc. 15:8, 9). Dote especial del padre de la novia. Es una costumbre que padres que están en posibilidades de hacerlo den a sus hijas dote especial en su matrimonio. Cuando Rebeca dejó la casa de su padre para ser la novia de Isaac, su padre le dio una dama de compañía y algunas otras damiselas para que la atendieran (Gen. 61). Y Caleb dio a su hija por dote un campo con manantiales de agua (Jue. 1:15). Tal era algunas veces la costumbre en el pos antiguo.

 

LOS DESPOSORIOS

 

Diferencia entre una promesa y los desposorios. Una promesa de matrimonio entre los judíos de los tiempos bíblicos podía ser acuerdo sin compromiso formal. Podría haber varios compromisos de esta clase que se quebrantaban. Eran los desposorios los unían, más bien que una sencilla promesa. La promesa podía hacerse a un lado, pero el contrato de esponsales era considerado final. Los desposorios como un pacto. Entre los antiguos hebreos los desposorios constituían un pacto hablado. Ezequiel representa a Dios como casándose con Jerusalén, y las siguientes palabras son las que él usa: "Y díte juramento, y entré en concierto contigo, dice el Señor Jehová. Y fuiste mía" (Ezeq. 16:8). Después del exilio de Israel los desposorios incluían un documento escrito y firmado de matrimonio.

 

LA CEREMONIA DE DESPOSORIOS

 

Los desposorios se celebraban de la siguiente manera: Las familias del novio y de la novia se reunían con algunas otras que servían de testigos. El joven daba a la joven ya un anillo de oro o algún otro artículo de valor, o simplemente un documento en que le prometía casarse con ella. Entonces él le decía: "Veis por este anillo (o esta señal) que tú estás reservada para mí, de acuerdo con la ley de Moisés y de Israel". Diferencia entre los desposorios y el matrimonio mismo. Los desposorios no eran lo mismo que el matrimonio. Por lo menos pasaba un año entre uno y otro. Estos dos eventos no deben confundirse. La ley dice: "¿Y quien se ha desposado con mujer y no la ha tomado?" (Deut. 20:7). Estos dos eventos se diferencian: desposar a una esposa, y tomarla, es decir, en matrimonio efectivo. Era durante este período de un año, entre el desposorio y el matrimonio, que María se halló haber concebido un hijo por el Espíritu Santo (Mat. 1:18).

 

LOS VESTIDOS DEL NOVIO Y DE LA NOVIA

 

Cuando llegaba la noche en que debían principiar las festividades del matrimonio, y era tiempo de ir por la novia, el novio se vestía de rey, tanto como posible. Si era lo suficientemente rico para afrontar la situación, llevaba una corona de oro. De otra manera sería una guirnalda de flores, recién cortadas. Sus vestidos eran fumados con incienso y mirra, su cinto era de seda de brillan colores, sus sandalias cuidadosamente adornadas con listones, y en esto daba la impresión de "paños volantes" de capas sueltas con gracioso donaire peculiar de las tierras del Oriente. Por el momento el campesino parece un príncipe entre sus compañeros, todos le pagan la deferencia debida a su exaltado rango. Esta preparación del novio para su matrimonio ha sido aptamente descrita en la profecía de Isaías, "Porque me vistió de vestidos de salud, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia compuesta de sus joyas" (Isa. 61:10). El adorno de la novia era un asunto muy costoso y primoroso. Se concedía mucho tiempo para la preparación de su persona, ponía todo el esfuerzo para hacer su rostro brillante y lustroso un lustre parecido al mármol. Las palabras de David deben sido el ideal de ella: que "nuestras hijas sean como las esquinas labradas a la manera de las de un palacio" (Sal. 144:12). Las guedejas oscuras de su cabello estaban siempre adornadas con perlas. Era ataviada con todas las piedras preciosas y las joyas la familia había heredado de sus generaciones pasadas. Las que muy pobres para afrontar todo esto, pedían prestado lo que podías de sus amigas. Las festividades matrimoniales y especialmente el vestido de novia, siempre serían recordados por ella. El profeta Jeremías hace una referencia a este pensamiento. "¿Olvidase la virgen de su atavío y la desposada de sus sartales?" (Jer. 2:32). El apóstol Juan vio a la nueva Jerusalén "dispuesta corno una novia ataviada para su ritual" (Apoc. 21:2).

 

EL NOVIO VA A TRAER A LA NOVIA

 

Algunas veces los parientes de la novia la llevan a la casa de novio donde va a estar su nuevo hogar. Pero más frecuentemente como fue el caso de las diez vírgenes en la parábola de Cristo, el novio mismo fue en persona a traerla a su hogar para que se efectuaran las festividades matrimoniales allí.. Antes de dejar la casa que antes fue su hogar, ella recibe las bendiciones de sus padres y parientes. Así los parientes de Rebeca la enviaron con una bendición típica oriental de matrimonio. "Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu generación posea la puerta de sus enemigos" (Gen. 24:60). La novia deja la casa de su padre adornada y perfumada y con una corona en su cabeza. La descripción que en la Escritura hace Ezequiel de la novia, es muy apropiada, "Y te atavié con ornamentos, puse ajorcas en tus brazos, y collar a tu cuello; y puse joyas sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza" (Ezeq. 16:11, 12).

 

LA PROCESION MATRIMONAL

 

El novio sale con la novia de la casa de su padres, y le sigue una gran procesión por todo el camino hasta su casa. Las calles de las ciudades asiáticas son oscuras, y es necesario que cualquiera que se aventura por ellas en la noche, lleve una lámpara o antorcha (cf. Sal. 119:105). A los convidados que no fueron a la casa de la novia, se les permite unirse a la comitiva por el camino, y van con todo el grupo a la fiesta del matrimonio. Sin lámpara o antorcha no pueden unirse a la procesión, o entrar a la casa del novio. Las diez vírgenes esperaron la procesión a que llegara al punto en que ellas esperaban, y las cinco prudentes pudieron unirse porque ellas tenían reserva de aceite para sus lámparas. Pero las vírgenes Insensatas no tenían reserva de aceite y así, no estando preparadas, no pudieron entrar a las bodas (Mat. 25:1-13). Las lámparas que llevaban estas vírgenes han sido descritas por el Dr. Edersheim de la manera siguiente: "Las lámparas consistían en un receptáculo redondo para poner resina o el aceite para la mecha. Esta se colocaba en una taza, o en platillo hondo... que estaba afianzada por el cabo aguzado a un madera, con el cual era llevada en alto". Al ir de la casa de la novia a la del novio, ella dejaba su cabello suelto flotando, y su cara estaba cubierta con un velo. Algunos de sus propios parientes le precedían en la procesión, y regaban mazorcas de maíz tostado para los niños a lo largo del camino. Había demostraciones de alegría en todo el trayecto hasta su destino. Parte de la procesión eran hombres que tocaban tambores y otros instrumentos musicales, y danzaban por todo el trayecto. Uno de los castigos profetizados por Jeremías para los judíos, por causa de su pecado, era el quitarles las alegrías del matrimonio. "Y haré cesar de Judá, y de las calles de Jerusalén, voz de gozo y voz de alegría voz de esposo y voz de esposa" (Jer. 7:34).

 

EL ARRIBO A LA CASA DEL NOVIO

 

EL momento más importante de todas las festividades matrimoniales, es aquel en que la novia entra en su nuevo hogar. Y como el novio y la novia generalmente usan coronas, el salmista debe haber captado este momento importante en el matrimonio del rey: "Con vestidos bordados será llevada al rey; vírgenes en pos de ella: sus compañeras serán traídas a ti Serán traídas con alegría y gozo: entrarán en el palacio del rey" (Sal. 45:14, 15). Después de haber llegado a la casa del novio, algunas de las mujeres más ancianas toman la tarea de arreglarle el cabello a la novia. Sus guedejas flotantes quedaron escondidas bajo el grueso velo. Desde este momento en adelante, la costumbre dicta que su cara no sea revelada en público. Se le conduce a su lugar bajo el dosel, que está localizado o sea en cl interior de la casa o si el tiempo lo permite, al aire libre. Su lugar esta al lado de su esposo, donde ambos escucharán nuevas bendiciones dadas por uno de los de sus padres, o por alguna persona importante que esté presente. En las bodas de Caná de Galilea, Jesús fue el invitado mas prominente que estuvo presente, y sin duda que a El se le pidió que pronunciara la bendición sobre los recién casados. (Jn. 2:1.11).

 

LA FIESTA MATRIMONIAL

 

A cada invitado que asiste a una fiesta de bodas se le exige usar vestido de bodas (Mat. 22:12). El banquete de bodas es presidido por cl maestresala (Jn. 2:8, 9). Es su obligación tener cuidado de los preparativos, y durante la fiesta, él anda en derredor y entre invitados, para ver qué les hace falta. El da orden a los sirvientes para que lleven al cabo todos los detalles necesarios. La expresión "hijos de la cámara nupcial" (Mat. 9:15), usada por Jesús (véase texto griego) simplemente quería decir los invitados al matrimonio. El maestresala de la fiesta daba gracias en la comida y pronunciaba la bendición en los momentos señalados. También bendecía el vino. Era costumbre decir enigmas en tales fiestas como lo hizo Sansón en su casamiento (Jue. 14:12-18). Durante la comida prevalecía jovialidad, y se esperaba que los invitados exaltaran a la novia. No había ceremonia religiosa en la fiesta. En lugar de ella es han las bendiciones de los parientes y amigos. La bendición de agentes de los arreglos de la boda de Ruth y Booz es un buen eje pío de lo que debe incluirse en tal bendición (Ruth 4:11). Esto corresponde a los buenos deseos de los invitados a los matrimonios occidentales. Después que terminaba la fiesta del matrimonio, el esposo era escoltado por sus amigos al apartamento a donde su esposa había sido conducida previamente. Las festividades matrimoniales con parientes y amigos duraban toda una semana (cf. Jue. 14:17), pero el número completo de días de lo que se llamaba días del matrimonio" eran treinta.

 
 
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