MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL EN EL SALVADOR


   
  MMM Santa Ana
  Testimonio Hna. Marta
 


Jehová es mi luz y Salvación. ¿De quién temeré?

Dios les bendiga. Mi nombre es Marta Bolaños, tengo 41 años y soy abogada por merced del Señor. Quiero relatarles parte de mi testimonio de sanidad que EL Todopoderoso ha permitido en mi vida.

En el mes de Julio del 2007 empezaron a brotar unas manchas en mi rostro, y con el paso de los días comencé a sentir dolores musculares en mis piernas, luego en mis hombros y brazos, como cuando uno hace ejercicio exageradamente.

Acudí al médico general, el cual me recetó relajantes musculares y me dió una referencia para ir a un dermatólogo, pero nada me hizo efecto.

El 29 de septiembre del mismo año abordé un microbús (autobús pequeño) y cuando me subí caí de rodillas porque no tuve fuerzas para impulsarme. Mi familia inmediatamente me llevaron al neurólogo, el cual me dio un tratamiento inadecuado y mi salud empeoraba.

Una compañera de trabajo me llevó donde otro médico, el cual me realizó los exámenes pertinentes y me diagnóstico DERMATOMIOSILIS. Esta enfermedad autoimunológica es una enfermedad muscular que causa inflamación y erupciones en la piel, debilidad muscular, dificultad para deglutir y dificultad respiratoria.

Estaba en la primer etapa de la enfermedad; perdí completamente las fuerzas físicas, tenía que depender de otra persona para movilizarme, comer e ir al baño. Era como una recién nacida incapaz de valerse por sí misma.

El doctor me remitió al hospital Rosales, ya que solo ahí hay especialistas para mi enfermedad que me agobiaba. Gracias a Dios me atendieron con prontitud y me recetaron la medicina correcta, me dejaron una serie de exámenesa los que me tenía que someter, pues me dijeron que mi enfermedad se desarrollaba en la mayoría de los casos por la existencia de tumores cancerosos.

Sentí que mi mundo se derrumbaba pensando que podía tener cáncer en mi cuerpo. En medio de este tormento, desde el comienzo de mi enfermedad, yo clamaba a Dios y algunos hermanos de diferentes congregaciones que me conocían llegaban a orar por mí, siendo este mi sustento y mi paz espiritual.




Si no hubiera sido así, hubiera desfallecido, pues en estos casos se toca fondo. He clamado y gemido ante la Presencia del Señor, y he visto Su respuesta, ya que Él no se deja esperar, es un Dios restaurandor y de oportunidades.

Rastrearon mi cuerpo y para la Gloria de Dios no tenía ningún tumor canceroso; me he declarado sana para la Honra y Gloria del Señor, aunque el médico terrenal dice es una enfermedad crónica, vivo cada día creyendole al Médico por Excelencia que tengo la sanidad completa.

 
 
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